Título: Algo entre nosotros.
Número de poema: XXXIV
Autora: Akasha Valentine.
Fecha de publicación: 29/04/2012.
Poemas Inéditos de Akasha Valentine © 2012.
Todos los derechos reservados © 2012.

ALGO ENTRE NOSOTROS DE AKASHA VALENTINE

Anhelo lo que he olvidado y añoro el tiempo no vivido, y por consiguiente malgastado dubitativamente en pensamientos o emociones que por unas u otras razones han ido ganando terreno a este corazón que de añoranza se aflige cuando entre las puntas de mis dedos surco con premura el marco donde tu foto aún permanece inamovible a pesar de los muchos años que ya han pasado. Malgasto, eso sí, sin yo llegar a pensarlo demasiado, esta voz mía, que jamás llegará a cansarse de pronunciar tu nombre mientras arropo con un ligero sabor a amargura a mis propios brazos con la punta de mis dedos, imitando lastimeramente el mismo movimiento que dejaron tras de sí tus propias yemas cuando hubo un tiempo en el que tus falanges no eran capaces de separarse de mi figura y mi boca de tus labios. Es absurdo pensar en lo que podría haber sido y en lo que nunca llegó a ser, y aun así no hay ni un sólo día en el que no me arrepienta de no haber sido capaz de tener el valor de ensombrecer a mi demonios con la imparable fuerza de tu amor; y mientras tanto sigo creyendo ingenuamente que de este mal sueño llegará el día en el que pueda llegar a despertarme para volver a estar de nuevo arropada entre tus brazos y mirarme como sólo podía verme en tu mirada, cuando tus ojos se posaban en mi cara, sabiendo que nunca nada más nos importaría, pues al fin y al cabo sólo éramos dos críos enamorados creyendo que este amor nos llevaría a cualquier parte.

¡Ay, mi amor! Si tú supieras con qué agonía constante debato en mi mente este sufrimiento que padezco sintiéndome prisionera en esta noche de letargo sin sueños, en la que no duermo porque no descanso. Querido amor, yo quisiera confesarte que estoy cansada de seguir fingiendo que todo va bien cuando sé que ya no tengo nada a lo que aferrarme, salvo a un puñado de recuerdos dispersos y fotografías envejecidas y carcomidas por el paso de los años, el abuso de mi dedos al tocarlas o de mis labios por besarlas. Así paso los días, creyendo mantener la mente ocupada, sin darme cuenta de que en los bolsillos de las chaquetas roídas siempre tengo algo escondido que me recuerda a ti, y cuando caigo en la cuenta de lo que es, al instante me arrojo sobre el objeto en cuestión para sostenerlo de nuevo entre mis manos y pensar en ti otra vez, sin descanso, hasta que la fatiga me hace enloquecer de nuevo y me deja sin aliento, llorando en cada esquina, para después hallar consuelo en cada desgastado cimiento de esta casa donde vivimos tiempos mejores que acaso ya no recuerdas. ¿Qué hay de ti? Yo quisiera saber cómo te ha ido sin mí, ¿te has vuelto a enamorar? Espero que no sea así, porque jamás soportaría la idea de pensar que otra persona se pueda ver reflejada en tus ojos, tocada por tu boca, sofocada por el deseo de estar entre tus brazos y morir en el éxtasis del placer que puedes llegar a producir en la misma cama en la que yaces. Eso, amor mío, es algo que no estoy preparada para saber.

Ahora que el recuerdo vuelve a inundar mis sueños dejaré que la fatiga caiga sobre mi cuerpo como un telón de acero, quiero dormir y tal vez, sólo por esta vez, me permita soñar, al recordar la comisura de tus labios, la forma en la que tu boca formaba una sonrisa cuando estaba junto a mí. Y también, si el tiempo me lo permite, quisiera recordar el deslumbrante brillo de tu mirada, esa luz que siempre que la veía me hacía creer que los sueños parecían alcanzables, cuando en tu pupilas yo podía encontrarme. Llámame soñadora, ingenua, o loca, pero a veces entrelazo mis dedos y juntando una mano contra la otra imagino que vuelves a cogerme de la mano, y cuando esto no funciona, apoyo la cabeza contra el otro lado de la cama, donde tiempo atrás tú la reposabas, y así sé que te tengo de nuevo cerca, tan cerca que hasta olvido que hace años que ya no estás conmigo. Hubo algo entre nosotros, eso ya lo sé, que no acabó bien, eso también lo sé, pero ya no recuerdo el error cometido, o las palabras expresadas que encadenadas provocaron nuestra ruptura. ¡Qué más da! Ya sólo sé que tengo esta soledad como única compañera, y eso es algo que me aterra. Ojalá todo volviera a ser como antes, pero eso es algo imposible, ¿no es verdad, amor?

- FIN-

Nota: Todos los poemas aquí publicados son de Akasha Valentine © 2012 , y la autora es propietaria de los derechos de autor. Si ves algún poema en otra web, foro u otro medio, están cometiendo un delito, salvo que cuenten con el permiso expreso de la autora, y siempre que esté citada la fuente y la autoría.