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El poema de la semana. Año 2013. 
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POEMA DE LA SEMANA. MI LUZ. AKASHA VALENTINE.

Vivo arrinconada en una diminuta esquina de una habitación sin nombre ni dueño, donde la suciedad se hospeda de forma permanente en el mobiliario que la decora, y el putrefacto aroma que desprende atosiga al aire y enrarece el ambiente, pero a pesar de ello, a mí ya nada me molesta, pues he empezado a acostumbrarme a la angustiosa necesidad que me produce la idea de no saber que hacer con las horas que revolotean a mi alrededor y fingen ser cuerpos que merecen que les preste toda mi atención. Alzo mi mano en el aire, pero nada toco y a su vez nada siento, y dejo caer las yemas de mis dedos sobre mis desnudas piernas imitando las caricias de un ser amado, pero me resulta tan lamentable mi actuación que sin previo aviso hundo mi cabeza en mis rodillas y espiro brevemente el aire de mis pulmones que me aflige y derrota, que me ahoga y me desboca, y ya nada puedo hacer, salvo contar los segundos que me quedan para poder volver a cerrar este circulo vicioso que nunca acaba aunque finja sorpresa cuando toco la llegada de meta. Recuerdo vagamente mi aterrizaje en este lugar, con un puñado de sueños en una mano y un centenar de monedas de un dólar en la otra, y ni lo uno ni lo otro me queda ya, y espero con miedo el desahucio de este lugar y la sentencia de mis errores y equivocaciones que aún esperan su turno detrás de la larga lista que forma mi lamentable conducta de estos últimos años, cuando creía que con el esfuerzo todo llegaría, pero en realidad sólo me mentía a mí misma, pues los afortunados no son siempre los más trabajadores, y los locos son quienes más sufren en su propia carne la demencia de las fantasías y aspiraciones que nuestra mente crea con el único fin de conseguir alcanzar metas para que las que aún no estamos preparados. Puedo resumir mi historia en una sola línea, cantarla en una única estrofa, y ni tan siquiera llenaría el lienzo más pequeño del mundo con la cerda de un pincel, y cuanto más lo pienso más desgraciada me siento, porque lo único que deseo es aquello que nunca conseguiré, oír de tu boca que no soy un error de tu vida, que en el fondo de tu corazón mi presencia te hace darte cuenta de que cada día merece la pena verme crecer, pero tal vez este pidiendo demasiado para alguien como tú, así que si alguna vez sentiste la inquietud de buscarme ruego que desistas y renuncies a mí, porque ya no soy quien era, pues tengo demasiadas heridas en mi piel y quemaduras en mi corazón, y nada podrá sanarlas ya, ni las palabras ni los gestos. Seamos como extraños que nada tienen que decirse, pues así me sera más fácil saber que algún día tendré el valor suficiente para poder levantarme de aquí y dejar atrás mi imperfecta cascara para madurar y salir volando a un lugar donde tu vida no sea mi yugo, mi dolor el candado con el que fui atado y mi autocompasión el escudo con el que protegerme cada vez que estés cerca de mí. Es hora de crecer y de secar estás lágrimas al sol que brotan de mis ojos y se resbalan por mis mejillas. Ha llegado el momento de levantarse y decir adiós a la niña que fui y renacer como la mujer que soy.

-FIN-

Akasha Valentine © 2013.

Todos los poemas aquí publicados son de Akasha Valentine © 2013 y la autora es propietaria de los derechos de autor. Si ves algún relato en otra web, foro u otro medio, están cometiendo un delito, salvo que cuenten con el permiso expreso de la autora, y siempre que esté citada la fuente y la autoría.

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Mar Jul 02, 2013 12:08 am
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POEMA DE LA SEMANA. NADA ES IMPOSIBLE SI TE TENGO A MI LADO. AKASHA VALENTINE.

Qué aflige a mi pecho, me pregunto de inmediato cuando miro tu fotografía y no siento tus brazos a mi alrededor. La inquietud no se amolda a mi figura, y enseguida comprendo que no es un sentimiento hecho a mi medida, pues no hay espacio o lugar en mi corazón para que habite en mí y por eso la alejo de mi lado tan rápido como mis dedos se permiten preparar sus maletas para que se vaya lejos de aquí. Quisiera, aunque sé que sólo es un sueño, extender mi mano para poder tocarte, resbalar con las yemas de mis dedos por tu piel y dibujar tu mentón con las ardientes yemas de mis extremos mientras que con mis labios te susurro al oído lo mucho que te he extrañado, amor. Sé que no deseas verme partir, pero el camino que aún tengo que recorrer por mí mismo es demasiado largo, pero sé que tengo que hacerlo para demostrarme cuán lejos puedo llegar si me lo propongo. Aunque la meta sea inalcanzable o los caminos intransitables debo realizar mi hazaña porque si no lo consigo ya me habré dado por vencido antes de intentarlo. Así que te pido perdón de antemano, por dañar a este amor por un capricho, por empañar tus ojos con lágrimas que nunca quise ver nacer en tu interior, por no estar ahí cuando más me necesitas para abrazarte sin medida, para cogerte de la mano cuando caigas y ayudarte a levantarte cuando lo creas necesario. Me atosigan las palabras y las vocales se enredan en mis cuerdas, las emociones me oprimen el pecho y las maletas me piden nuevos aires que respirar. Mis zapatillas esperan impacientes saborear la tierra y el asfalto de nuevas ciudades, y aquí estoy frente a ti, sujetando tu mano mientras lloras por mí. No quiero doblar más mapas ni consultar el Norte para volver a casa, pues una parte de mí desea quedarse aquí a tu lado y dejar a los años correr como si de segundos habláramos. Pero bien sabes que no puedo hacerlo, no es lo que quiero para mí, los mares gritan mi nombre y las aventuras esperan narrar mis hazañas, pero aunque la tierra que pueblo me parezca un paraíso terrenal ningún sueño podría llevarlo a cabo si no te tengo a mi lado. Por eso, vida mía, fotografiaré cada rincón de este planeta, ya sea desde el cielo o la tierra, para que tú misma puedas algún día seguir mis pasos y encontrar tu propio camino en la vida. Sé que veré muchos amaneceres en barcas o en trenes, pero el más bonito que contemplaré será el último que pase a tu lado al final de mis días, o al menos así lo imagino yo. Con tus dedos enrollados a los míos, mientras el viento nos toca la cara y tu cabeza descansa sobre mi pecho, y sin decir nada dejo que hable el cielo en mi nombre y te cuente lo que he vivido aunque tú no estuvieras en esos momentos a mi lado para compartir mi triunfo o alentarme en mi derrota.
Siempre habrá soñadores, el mundo lo levanta gente como nosotros quienes, motivados por los sueños, son capaces de llegar tan lejos como se lo propongan, pero yo siempre tendré en claro que nada es imposible si te tengo a mi lado. Por eso déjame partir. Aunque ya me arrepiento del frío aire que se esta creando en el hueco que nuestros dedos han dejado te ruego, amada mía, que si algún día encuentro la manera de recompensarte por todo lo que has hecho por mí seré devoto de esa ilusión y te la entregaré con mis propias manos aunque tenga viajar a lejanos planetas para traértela y ponértela en tu regazo. Sé que lo sabes, pero aún así déjame que me libere de esta pesada carga, pues se me cae el alma a los pies al ver tu figura desaparecer detrás de la puerta de casa. Cariño, si crees en mí, si tienes fe en lo que yo hago, te ruego que me des fuerzas para seguir adelante, pues estoy a punto de aventurarme en un viaje que me mantendrá lejos de ti para siempre.


-FIN-

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Última edición por Akasha_Valentine el Sab Feb 15, 2014 2:20 pm, editado 1 vez en total



Vie Jul 26, 2013 1:55 pm
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POEMA DE LA SEMANA. CUANDO CIERRO LOS OJOS. AKASHA VALENTINE.

Ruego a Dios para poder estar siempre a tu lado, para saborear el dulce momento previo a un beso y sentirme morir instantes antes de llegar a recibirlo. Deseo fervientemente colocar mis manos alrededor de tu cintura y atraerte suavemente hacia mí mientras te contemplo sin llegar a imaginarme la idea de que podría estar mejor en otra parte. Tiemblo conmocionado porque puedo tocarte y sentir el aroma de tu piel jugando de manera improvisada con las fosas de mi nariz. Se me acelera el corazón al hundir mi rostro sobre tus hombros y me quedo fascinado al levantar la vista para contemplarte mientras eres bañada por los rayos del sol de esta clara mañana que nos acompaña. Tú eres la única mujer que logra dibujar sonrisas en mi boca sin herramientas, tú que sin decir nada ya llenas los huecos vacíos que fui dejando a lo largo de mi vida como puzzles inacabados imposibles de completar. Si de mi mano te llegaras a soltar nunca dejaría de buscarte, y el día en el que te encontrara te pediría una y mil veces perdón por haberte dejado sola. Aunque no me escucharas bien porque estuvieras enfadada o porque no me recordaras yo seguiría hablando sin cesar, apoyando mis dedos sobre tu espalda, rodeando con mis doloridas articulaciones tus delgados brazos que, envueltos en una manta, fingirían no ser tocados. Te pediría perdón por aquello que no supe cómo debía darte cuando creía que no lo necesitabas o que sólo fingías interesarte para hacerme enfadar por atender hasta el más caprichoso deseo que mi inexperto corazón no supo interpretar como una llamada de auxilio. Ruego clemencia, amada mía, por dejar que tu preciada sonrisa, que ha iluminado hasta las noches más oscuras de mi vida, se fuera apagando lentamente mientras yo me perdía en mis propias ensoñaciones. Creía que lo que hacía no te dañaba, que mis preocupaciones sólo te traerían más penas, y sin embargo el hecho de no ser consciente de que necesitabas oírlas para ayudarme te causó desazón y angustia porque creías que no confiaba lo suficiente en tu persona. Hablo para que no me entiendas desde una posición cómoda donde imagino situaciones que hipotéticamente podrán el día de mañana causarme un dolor que aún no ha llegado, pero que tarde o temprano por alguna u otra razón llegará, y quiero estar preparado porque nada me haría más feliz en este mundo que saber que los años que para muchos son una condena para mí serían un regalo, porque tendría la oportunidad de envejecer a tu lado, de ver el mundo cambiar sin tener miedo a permutar con los días, meses, años que aún nos quedan por vivir. Vida, qué palabra más bella para definirte, pues toda tú eres mi fuerza y mi fuente de recarga cuando el cansancio me agota. Gracias infinitas veces por todo lo que me has dado sin esperar a ser correspondida, sólo espero hallar el modo de devolvértelo algún día ya sea en la Tierra o en el Cielo, donde ansío vivir la eternidad cogido de tu mano mientras dejo a los sueños vivir en armonía.

-FIN-

Akasha Valentine © 2013.

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Sab Jul 27, 2013 2:48 pm
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POEMA DE LA SEMANA. RECUERDA. AKASHA VALENTINE.

El frío arcén que yo no coloqué y cuya tonalidad tampoco escogí para está fría noche que nos separa, parece dar a este paisaje un aspecto bucólico que a mis entrañas remueve. Su voz me acompaña, y sin cesar me habla de ti, su cuerpo ocupa un asiento que había reservado con tu nombre, pero que lamentablemente nunca quisiste llenar. Quizás, o al menos esa es la esperanza que aún vive en mi memoria, es que tú nunca te apropiaste de él porque nunca supiste cómo me sentía en realidad por tu persona. Las bromas de la mujer que amas me irritan, sus gestos me abruman y aunque desearía apagar su voz con un simple gesto de mi rostro temo hacerlo, porque en el fondo ella sigue hablando sin cesar de ti y es la única manera en la que yo puedo saber cómo estás sin miedo a comprometer esta relación que nos une ni a revelar mis emociones que, atosigadas por los celos, fingen molestia cuando en realidad sienten miedo por perderte. Ella, que a tus ojos es hermosa, en los míos la veo como una rival que ocupa un puesto en tu vida que yo nunca llegaré a tener, y mueren las palabras de dolor en mi boca cuando mi mano las tapa, y finjo que no lloro cuando en realidad sollozo y gimoteo presa de la rabia que siento cuando nadie más me mira.

Desearía estar en su lugar cuando la abrazas y en su boca dibujas una sonrisa, pero ese puesto que tus brazos forman ya ha sido ocupado por otra persona, y en silencio me retiro aceptando mi derrota. Despacio me alejo de tu lado, fingiendo que me importa tu felicidad cuando en realidad me hiere y me consume. Nacimos siendo iguales, compartiendo un mismo género que no se puede encajar, aunque yo no vea la diferencia que los demás dicen hallar cuando las piezas de mi corazón intentan unirse a las tuyas. Finjo emocionarme cuando hablas de planes en los que yo no formaré parte, pero siento que tus palabras, aunque inocentes son como una gran soga que me rodea el cuello y me impide respirar. Inquieto me muevo, mis dedos se pierden entre mis cabellos, alzo la cabeza y el aire no parece llegar hasta mis pulmones. La realidad me supera, el dolor me fustiga y oigo a mi corazón romperse en mil pedazos y salir volando aún hecho jirones a tierras desterradas donde nunca más volveré a verlo. Ojalá las estrellas fueran deseos alcanzables a mis dedos, pues así pediría a cada una de ellas un pedazo de tu persona para no sentirme tan abatido ahora que te alejas un poco más de mi lado. Tengo que aceptar el hecho de que tu felicidad sólo depende de ti, pero lamentablemente aún me arrepiento de no haberte dicho lo que un día en mi alma nació por ti cuando tus ojos se posaron en mí.


-FIN-

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Sab Jul 27, 2013 3:00 pm
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POEMA DE LA SEMANA. AMOR SIN MANUAL. AKASHA VALENTINE.

Sentando al pie de la cama, con los brazos recogidos delante de mi pecho y hundidos entre mis piernas saboreo el momento previo al suspiro, conteniendo la respiración, con los ojos bien abiertos aunque la oscuridad apenas me deje entrever lo que hay delante de ellos. Mis parpados se alzan asombrados y mis extremidades tiemblan al sentirte cerca de mí, mientras finjo que nada me perturba pero en realidad son mis emociones las que me traicionan y revelan una realidad muy diferente a la que estoy dispuesto a mostrar.
Imagino tus huellas durmiendo a los pies de nuestra cama, velando por ti, impasibles e inamovibles, ocupando el mismo lugar de siempre. Esperando de forma impaciente a ser rescatadas del olvido, para ser usadas por tus zapatos o pies desnudos, y siento pena por ellas porque tú no quieres saber nada más. Mi propia cobardía me impide extender mi mano para calmar ese llanto que no cesa, no me atrevo a deslizar las yemas de mis dedos por tus mejillas y llevarme conmigo esas lágrimas que no cesan. No sé como apartar estos tristes pensamientos que en tu mente deambulan sin descanso corrompiendo a ese alma que un día fue brillante como la luz del verano. Añoro el sonido de tus zapatos al caminar, y extraño el ruido de tus tacones al golpear contra el suelo cuando no fingíamos ser dos extraños en una misma estancia.

Siento el peso de la culpabilidad sobre mis hombros. Sé que soy responsable de tu infelicidad, pero tú también eres en gran medida culpable por dejar morir a esos sueños que un día juraste no perder y que a mitad de camino echaste a un lado para olvidar la dificultad que entraña hacerlos realidad. Por eso yo busqué el consuelo en brazos de otra mujer, y aunque obré mal fue en su cuerpo donde me di cuenta de que ya nada podía salvarnos de que el amor que yo sentía por tu persona ya no no me ofreciese la felicidad que tanto anhelaba, fue aquí donde me di cuenta de que aunque aún te seguía queriendo, la forma de sentirlo había cambiado. Odiame si así lo deseas, si el hecho de hacerme responsable te trae consuelo, pero no fui yo quien dejó de lado las sonrisas para dejar hueco a la desdicha, no me cobijé en brazos de otras damas porque en los tuyos no me sintiera cómodo, y nunca negué que no quisiera escucharte cuando en silencio de la noche murmurabas a las sombras el dolor que se había comenzado a gestar en tu pecho. Los días más felices de mi vida dejaron de parecerme reales, como si alguien los deshojara para después entregarme hojas marchitas con las que plantar mis rotas ilusiones con la esperanza de ver florecer tiempos mejores. Es cierto que nunca estuve ahí cuando tus manos temblaban y entre sollozos me decías lo mucho que te dolía el alma, pero verte tan apenada me atormentaba tanto que lo único que yo podía hacer para salvarte, o al menos eso creía, era dejarte espacio para no inquietarte con mis lágrimas.


-FIN-

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Dom Jul 28, 2013 9:53 pm
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POEMA DE LA SEMANA. ALAS. AKASHA VALENTINE.

No me gustan mis zapatos. Me incomoda el sonido de los tacones y me irritan las huellas que dejo tras de mí. Mi imperfecto vestido, ahora hecho jirones, se resbala y se enreda entre mis piernas, aferrándose a mi piel como si quisiera embellecer mis imperfecciones. Nada se ve bien en mí, salvo tu mano sobre mi cuerpo, y sólo entonces me atrevo a permanecer quieta y tranquila con la mi mirada fija en un punto, mientras me aferro a esta ilusión que, alimentada por el miedo, vive debajo de mi almohada. Pero cuando tú te vas todo vuelve a empezar. Me siento insegura, devorada por los demonios del ayer, incapaz de hacer de hacer frente a nada porque mi valentía murió con la traición de un amor que nunca cicatrizó en mi corazón. La pasión que un día sentí ahora yace en una tumba sin nombre en una tierra sin prestigio ni reputación, donde la arena es árida y áspera y tan dura que hasta los dedos hace sangrar cuando la raspas. Pero por alguna extraña razón quiero creer en ti, deseo tomar el billete que me ofreces con destino a un mañana mejor, donde los besos no son de un sabor agridulce y los días en los que podemos estar juntos no se esfumarán con la llegada del sol.

Quiero pensar que lo que me ofreces será mejor que lo ya tengo. Pues cuando no me miras dejo caer mis cabellos sin peinar sobre mi rostro y ahogo a mis ojos en un mar de lágrimas saladas que irrita a mis mejillas y agota a todo mi ser. Estar a tu lado me hace darme cuenta de que aún sigo siendo una niña en brazos de quienes me poseen, pues me asombro fácilmente con los besos repentinos que te llevas sin previo aviso, y entre jadeos y ruegos pido en voz baja que se vuelva a repetir para que mi boca no sienta el frío aire dibujar la huella que dejaste en mí. Sé que no te resulta nada fácil estar con alguien como yo, pero si te sirve de consuelo incluso yo misma me siento incómoda con mi propia piel y deseo por todos los medios quitármela de encima para envolverme con otra que se ajuste más a mi ideal de perfección. Lamento ser como soy, pero una parte de mí se siente tranquila cuando de tu boca sale mi nombre, que a mis oídos llega con excitación y siento un terrible deseo de besarte hasta que las horas se consuman en el olvido y ya nadie pueda separarnos para toda la eternidad.


-FIN-

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Lun Jul 29, 2013 12:52 am
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POEMA DE LA SEMANA. VIVO EN MIS RECUERDOS. AKASHA VALENTINE.

Sentí tu ausencia como una emoción pasajera que podría ser aliviada en el mismo instante en el que te viera entrar por la puerta, pero me equivocaba, y cada día de mi vida me acercaba hasta el umbral para sentarme delante de las escaleras y esperar pacientemente tu llegada. Hundía a la misma hora sin importar el día mis yemas en el picaporte y tiraba de él con fuerza para asegurarme de que seguía funcionando y nada te impedía llegar de nuevo a este espacio que ahora parece más vacío sin ti y más triste desde que tú te fuiste de nuestro lado. Recuerdo como si fuera ayer el lastimero quejido que emitió el portón exterior cuando le obligué a moverse, y sentí en mi infante imaginación su dolor al comprender que nunca más volvería a verte. Vi a un hombre delante de la puerta de casa, con el semblante erguido, los ojos cansados y la seriedad en sus labios. Cada arruga de su piel contaba una trágica historia, y ese día supe que vino a narrarme la tuya. Yo me puse a temblar de inmediato, pues nunca antes le había visto, pero en el fondo de mi corazón sabía a qué venía, y con nobleza y caballerosidad ancló su rodilla en el frío y arenoso suelo sin inmutarse por la suciedad que podría pegarse a su ropa. Tragué saliva y le vi tomar aliento, el aire era cortante, y no necesito extraer palabra alguna para saber lo que yo más me temía. Tú ya no ibas a volver a mi lado, y en aquellos tristes y amargos momentos sentí que el mundo se me venía encima. Las piernas me pesaban más que nunca y tu tiempo y mi tiempo se habían detenido sin previo aviso, aunque el resto del mundo siguiera como si nada hubiera sucedido. Oí los gritos de mamá desde el otro lado de la calle, sus lágrimas afloraron y me sentí vulnerable al comprender que nunca encontraría palabra alguna que la consolara e hiciera su pena más llevadera. Corrió hasta llegar a mí, con la mano en la boca, suspirando presa del dolor palabras que no oí, pero que en mi mente llegué a imaginar. Sentí en aquel mismo instante que nuestras vidas se rompían en mil pedazos, y que ella necesitaba verme cara a cara para darse cuenta de que el amor de su vida aún seguía vivo en su descendencia, y yo lo único que pude hacer fue abrazarla con fuerza mientras engullía mi ácido dolor intentando no hundirme en la desesperación. Lamenté no ser más fuerte, valiente y audaz para calmar su desconsolado llanto, odié ser un niño y no el hombre que en aquellos momentos necesitaba tener para levantarla del suelo y susurrarle al oído que todo saldría bien, pues yo cuidaría siempre de ella. Siempre estaría preocupada por mí y ni tan siquiera podía concentrarse en su propio dolor porque mi bienestar era más importante para mi madre, así que con el corazón destrozado y una rabia que jamás había logrado sentir, corrí hasta el interior de la casa y a cada paso que daba destrocé objetos con el fin de liberar la incontrolada rabia que había nacido en mi interior. Huí como el niño que era, pues era incapaz de encontrar el coraje para seguir adelante sin tus palabras; sin tu fuerza de voluntad me sentía perdido, pero cuando tomé tu foto de mi habitación me di cuenta de que no tenía nada que temer, pues tú seguías vivo en mí, sin importar nada más. Sabía que nunca más volvería a estar solo porque tú seguías vivo en mi interior, siempre presente en mis recuerdos y por eso comprendí que ahora debía honrar tu muerte y ser el hombre que tú siempre dijiste que sería el día de mañana. Tu valentía y decisión fueron mis armas, tu esfuerzo mi escudo, tu amor la coraza que me protegería y tu cariño el camino hacia la perfección. Hoy más que nunca estoy orgulloso de ser quien soy, de ser el hijo que siempre deseaste tener, pues seguí tus pasos y siento que el dolor se desvaneció para dar paso a otros sentimientos más hermosos y llevaderos. Te sigo viendo, pues tu imagen sigue en mi rostro, y nada me hace más feliz que saber que la vida que diste por protegerme a mí y a los demás no fue en vano.

En recuerdo a todos esos héroes ánimos que anteponen su vida para hacer de este mundo un lugar más justo y libre.

-FIN-

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POEMA DE LA SEMANA. AMARTE SIN RESERVAS. AKASHA VALENTINE.

Me conmueve la debilidad y a su vez me irrita la necesidad de tenerte cerca de mí. Tú, que con tu sola presencia eres capaz de ofrecerme sueños que nunca llegué a imaginar, te quedas callado sin decirme nada, y sin embargo yo no soy capaz de mantener la compostura y lloro presa de la emoción hundiendo mi rostro sobre tu espalda. Las palabras se me escapan de la boca y deseo que te aten a mi alma para toda la eternidad, pero por alguna extraña razón lo único que logro con ellas es alejarte más de mí o incomodarte por pedirte sueños imposibles que lo único que logran es distanciarnos más, porque yo no confío del todo en ti. Mi amor, repito una y otra vez sin cesar, no te vayas de mi lado a un lugar donde mis dedos no te puedan alcanzar. No me dejes, ni me abandones, en este inhóspito lugar donde las emociones no saben qué rumbo deben tomar. Siento que mis caprichos son difíciles de contentar, pero por alguna extraña razón cuando estoy contigo todo me parece mucho más sencillo.

Quiero amarte sin reservas. Dedicarte cada día de mi vida hasta que la muerte me consuma, y sólo entonces seré capaz de olvidarte y soltar tu mano para dejarte libre. Sé que mi amor puede resultar asfixiante, pero es fiel y puro aunque tú no lo veas. Hoy sin darme cuenta he repetido tu nombre en mi memoria tantas ves que incluso he llegado a creer que si lo grababa a fuego en mis recuerdos sería como una cicatriz que duele pero que no se va. Así es como deseo recordarte, tatuado en cada centímetro de mi piel, fingiendo que todo va bien cuando en realidad esta pasión desbocada lo único que logra es hacernos cada vez más daño. Surco con las yemas de mis dedos tu desnuda figura, pero en lugar de abrazarme me apartas a un lado y te deshaces de mis emociones de forma apresurada; y veloz acudo a ti anudando mis brazos a tu cuello para atraerte de nuevo contra mi pecho y fingir que todo irá bien cuando cerremos los ojos y nos dejemos llevar por la pasión que nos trajo aquí.

No me alejes antes de tiempo de tu vida. Sé que aún nos queda mucho por vivir, así que anuda mi dedo con una sortija y finjamos que todo va bien. Amor mío, la vida no siempre nos sonreirá, pero tú y yo ya estamos acostumbrados a que sea así, por eso te pido paciencia cuando la necesites, confianza cuando la duda me asole y devoción cuando nuestros cuerpos se encuentren desnudos en este lecho que poco a poco se va enfriando porque tú ya no quieres estar junto a mí. Si pienso que ya no podré estar más tiempo junto a ti me vuelvo reservada y quiero cubrir mi rostro con las manos para llorar sin descanso tu repentina ausencia. Siento que mi voz se quiebra, y sé que las cosas no van bien porque me siento más cansada de vivir ahora que empiezo a ser consciente de que el final ya está demasiado cerca. Por eso quiero que vuelvas junto a mí, para dejar atrás este dolor que se ha encaprichado de mi persona y no entiende que sin ti yo no puedo seguir existiendo.


-FIN-

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POEMA DE LA SEMANA. DECLARO. AKASHA VALENTINE.

Declaro con la mano derecha en mi lado izquierdo del pecho, con las yemas desnudas y el corazón vestido para la ocasión, que mi sedienta boca solamente podrá beber líquidos de unos labios: los tuyos. Manifiesto que si mis pies vuelven a reencontrarse con las huellas de mi pasado no huiré de mis errores, pero sin embargo correré hasta quedarme sin aliento para encontrarme con las que te unieron a mí en ese día en el que la blanca nieve cubría el suelo y nuestras miradas derritieron el frío espacio que compartimos en aquella anticuada estación de ferrocarril. Te diré que no hay emoción más fuerte que la del amor, ni lugar más importante en mi cabeza que aquel pequeño emplazamiento donde incómodamente vivimos durante algún tiempo, pero que para mí sigue siendo el mejor rincón del mundo, porque allí siempre podía estar a tu lado, donde la distancia no era un impedimento y la cercanía era un consuelo cuando tenía miedo de quedarme tendida en la oscuridad. Hablo en nombre de la experiencia cuando digo que el sufrimiento que experimentados forma parte de la vida, es un hecho que arriesgamos demasiado por sueños que posiblemente no se cumplirán jamás, pero a mí eso no me importa en absoluto, porque revisando las páginas de mi vida me doy cuenta de que por tener tu amor sería capaz de hacer cualquier cosa y el simple hecho de tenerlo ya presente en mi memoria me hace darme cuenta de que merece la pena luchar por tu persona. Quiero contener estas lágrimas que no cesan de caer en un recipiente de cristal, para mirarlas siempre que quiera y reponerlas cada vez que las necesite, porque sé que algún día tu mano dejará de ser mía y las yemas de mis dedos se enfriarán, porque aunque suene a tópico soy consciente de que nadie puede estar a nuestro lado para siempre aunque esa idea no me atraiga demasiado y no sepa como debo de encajarla en este puzzle ya finalizado que es mi vida perfecta. Quiero explicarte muchas cosas que en su día no pude, porque aunque no lo sepas yo estaba librando mi propia batalla con mi incierto futuro. Sé que tomé decisiones que me obligaron a deshacerme de sentimientos y personas irreemplazables en mi vida, pero no puedo arrepentirme de ello ahora porque la única persona que de verdad no quería que desapareciera de mi mundo eras tú y aún sigues en él, a mi lado, compartiendo el mismo aire que yo respiro.

-FIN-

Akasha Valentine © 2013.

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Vie Ago 23, 2013 10:38 pm
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POEMA DE LA SEMANA. HABLA DOLOR, HABLA. AKASHA VALENTINE.

Las yemas de tus dedos son ahora mismo inalcanzables para mí, y tu mano, que tiempo atrás me pareció el lugar más apropiado donde cobijar a mis emociones, me obliga a replantearme hoy en día si es en realidad el lugar idóneo para almacenar en ella mis sueños más aciagos. No nos engañemos, te lo ruego, cuando nos miremos a la cara y enmascaremos estos sentimientos que viven en nuestro confuso interior con palabras dóciles y sumisas que agraden los oídos de quienes las escuchan. Me tienta la idea de estar solo, de derrumbarme en la oscuridad de la noche y negarme a ver la realidad de los hechos, pero cuando pienso en lo mucho que me puedo perder o en el daño o las lágrimas que de tu rostro puedo ver verter, la congoja hace mella en mi pecho y araña sin piedad y con iniquidad las paredes que recubren a mi imperfecto corazón.

Siento el amargo sabor de la derrota en la punta de mi lengua, en la comisura de mis labios, reemplazando el aroma que atrás dejaron tus besos en la mañana. ¡Qué debilidad la mía! Pues tiendo a resbalar continuamente la punta de mis dedos sobre el marco donde descansa tu fotografía, con tu imagen congelada en el tiempo, donde los años pasan y tú rostro inmaculado no cambia. Oigo los latidos de mi corazón palpitar sin descanso, apresuradamente como si el tiempo fuera una sentencia de muerte que con cada latido me arrebata un segundo más de vida. Fríos como el viento que pasa entre las rendijas de mi ventana y la luna en lo alto del cielo, donde no hay escalera que la pueda tocar o alcanzar e insiste en venir a verme y posarse al pie de mi ventana para alumbrar esta oscura estancia donde los demonios más espeluznantes viven bajo mi cama.

Sí, lo confieso, es el dolor quien habla, pero este calvario que me atormenta cuando estoy despierto suplica que no le abandone, porque sin mí nada le queda ya, y por alguna extraña razón comprendo mejor que nadie sus duras palabras. Siempre he creído que en esta vida todos somos como piezas de ajedrez a punto de ser comidas, devoradas y engullidas por quienes encuentran en nuestro muro de defensa el punto más débil de la fortaleza que con nuestras propias manos hemos creado para que el espacio que nos rodea sea menos doloroso de lo que en realidad es ya. Quiero volver a ser cobijado por esos brazos que cuelgan de tu torso, para que me arropes con ellos en esta noche que no acaba, para que despejes de mi cabeza cualquier duda e invites a los mejores sueños a experimentar la sensación de paz que me produce tenerte en mi lecho oyendo la música que sale del interior de tu pecho cuando el aire se escapa de tu boca.


-FIN-

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Lun Sep 09, 2013 12:35 pm
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POEMA DE LA SEMANA. TU NOMBRE EN MI BOCA. AKASHA VALENTINE.

Gracias por creer en mí aun cuando yo no tenía esperanza en lo que hacía. Por regalarme un apretón de manos y no soltar mis dedos enredados en los tuyos cuando descendía a mi propio infierno. Por dejarme decir todo lo que necesitaba expresar, aun cuando yo no era consciente de la importancia de las palabras y de la fuerza que tienen en boca de quien las pronuncia. Por darme más de un motivo por el que luchar en mi día a día por el resto de mi vida. Eres tú, quien con tu fuerza de voluntad me has demostrado que quien acepta la derrota antes de tiempo es que nunca estuvo preparado para la batalla, pero que sí de verdad intento llegar más allá de mis propias metas tendré la satisfacción de no haberme rendido sin haber luchado primero. Habrá momentos difíciles, en los que las lágrimas empañarán mi destino e intentarán apagar con todas sus fuerzas esa luz que guía mi camino, pero te juro, mi amor, que haré todo cuanto esté mis manos para protegerla, porque ese fue tu regalo hacia mi persona. Y por ello debo pelear hasta quedarme sin aire, o hasta que quebrante cada uno de mis huesos, y si con todo ello aún me quedan fuerzas, seguiré adelante hasta que exhale mi último suspiro.

No me rendiré, ni ahora ni nunca. Aunque la congoja sea el timón que mueve mi barco y el viento que sopla mis velas sea empujado como calvario. Correré con todas mis fuerzas, y derrotaré a mis propios demonios, aun cuando ellos porten afiladas armas y yo tenga como escudo mis desnudas manos que heridas saldrán, de eso estoy segura, pero aun así quiero arriesgarme porque me da más miedo la idea de abandonar y aceptar mi derrota que de tener que combatir yo sola. Oiré, de eso estoy segura, que mi lucha ya es una batalla perdida por el simple hecho de idealizarla en mi cabeza, pero son ellos los que se rindieron antes de tiempo, y con sus voces que se extienden como huesudos dedos a través de mi piel intentan arrastrarme para hundir mi rostro en el fango y así ahogar toda esperanza de salir adelante. No habrá gloria alguna para los caídos, pero yo no moriré en el abismo del olvido, ni seré arrojada a las fauces voraces del abandono. Aun cuando sienta en mi propia carne el aire frío de la derrota, estoy convencida de que tu voz alumbrará mi destino, tu nombre será repetido en mi boca como una escalera que me ayude de nuevo a ascender en este angosto camino que ahora mismo acabo de emprender.


-FIN-

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Lun Sep 09, 2013 12:47 pm
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POEMA DE LA SEMANA. INALCANZABLES. AKASHA VALENTINE.

El ayer sigue vivo en mi interior y los agrietados recuerdos que fingí haber olvidado se encuentran perfectamente conservados en viejas cajas de cartón apiladas en una pequeña esquina de mi imaginación, esperando a ser desempaquetados por tu mano, aunque probablemente tus dedos ya se hayan olvidado de ellos. Me muerdo las uñas, impaciente, esperando a que recuerdes el lugar que me prometiste que podría ocupar en tu presente el día en que tu pasado no fuera un estorbo ni un arma de doble filo con la que herirnos. Deseo volver a empezar una vida desde cero, en un lugar donde nadie conozca mi nombre, en alguna parte del mundo donde mi rostro sea sencillo de confundir, donde pueda borrar las huellas me que me condujeron hasta allí y eliminar así de una sola vez de mi memoria esas situaciones que aún me siguen causando malestar cuando me enfrento a ellas cara a cara. Quisiera, aunque sé que dirás que es una tonta opinión por mi parte, vivir a tu lado, aunque soy consciente de que es sólo una vaga ilusión de un corazón aún plastificado y sin estrenar.

Qué incómodos me parecen los sueños que no podemos hacer realidad con tan sólo idealizarlos, pero aún así no me atrevo a echarlos a un lado y olvidarme de ellos, por eso los sigo amando y atesorando, aunque bien sé que mi devoción por ellos se debe a que tú existes y formas parte de esta falsa utopía que yo llamo mi perfecto ideal. Una vez me hablaste del dolor que me supondría amarte, pero como yo por aquel entonces no supe entenderte, no me di cuenta de que era sólo una excusa para mantenerme alejado de ti, porque no querías que me percatara de lo que tu llamas tus mil y un defectos, que ante mis ojos son en realidad un millón de virtudes, que cubiertas con grandes lazos y papel de regalo, esperan ser desenvueltas cuando llegue el momento oportuno de hacerlo. No tengas prisa por despertar de este sueño que con todo mi amor te ofrezco, porque creo que si lo haces te sentirás más solo que nunca y a mi se me partirá el corazón en mil pedazos si eso llegara a sucederte. La vida es más corta de lo que la gente piensa, a veces tengo la sensación de que desperdiciamos demasiado tiempo en hechos que no merecen la pena, pero si para ti son importantes, ten en cuenta de que para mí también lo serán, porque quiero que confíes en mí un poco más de lo que hoy en día lo haces. Sé que mis palabras te parecen inalcanzables, pero seré muy feliz si con una simple frase puedo rescatar tu sonrisa del lugar en el que la dejaste olvidada.


-FIN-

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POEMA DE LA SEMANA. DESTINADOS. AKASHA VALENTINE.

Una pisada me llevó a dar otra. Y con cada huella que dejé impresa sobre la arena me di cuenta de que había comenzado a forjar mi propio destino. El viento, que no era frío pero tampoco cálido, soplaba ligeramente la senda, moviendo todas las espigas de trigo del camino, como si de una coreografía ensayada se tratase. Las rocas que fui encontrando por esta senda me recordaron a los rostros que tiempo atrás dejé, cada una con su forma y tamaño, su color o su desgaste, y sentí la nostalgia nacer en mi interior y ahogarse en la sangre que fluye hasta mi corazón. Pero no me lamenté y seguí caminando, como si no hubiera un límite ni un punto de referencia que me indicara el final de la ruta que durante tanto tiempo había estado persiguiendo. Seguí dejando atrás un sin fin de emociones que ahora ya ni recuerdo cómo eran o qué forma habían adoptado en mi día a día, y ascendí la ladera aferrándome con fuerza a los afilados peñascos que se asoman a los pies de la falda intentando ver más allá de las puntillas de encajes que esconde la cumbre debajo de su indumentaria.

Me hubiera encantado poder mostrarte este fantástico mundo que desde tu ventana no puedes ni tan siquiera llegar a vislumbrar. Y si yo te lo narro con palabras tengo la sensación de que no encontraré símiles ni adjetivos suficientes para ensalzar la belleza del lugar. Lo mismo sucede con las texturas, tienes que hundir las yemas de tus dedos en la tierra para poder sentirte vivo cuando excavas con las propias puntas de tus dedos y dejar atrás esos miedos de los que nunca estuviste seguro de poder deshacerte. No existe lugar en el mundo más maravilloso que las tierras que yo mismo anduve, porque las experiencias que viví eran sólo mías y de nadie más, y allí siguen vivas esperando a que algún día vuelva para recogerlas y llevármelas conmigo en mi cuaderno de viaje. Te confieso que lloré durante el camino muchas veces, porque no creí que pudiera llegar con vida hasta la meta que por aquel entonces me había marcado, pero cuando lo logré sentí que una nueva experiencia nacía en el horizonte y con dulces palabras y sueños aún sin cumplir me llamaba por mi nombre retándome a seguir adelante. Ojalá tú pudieras hacer lo mismo para darte cuenta de que no existen los objetivos imposibles.


Seguí caminando, a pesar de que me dolían las piernas y las heridas que mis pies portaban sangraban sin cesar. Y en medio del claro de un bosque encontré la paz, armonizada por instrumentos de cuerda, vestida de gala con la vegetación de lugar, y fue entonces cuando mis rodillas golpearon la tierra y mis manos fueron llevadas contra mi cara para poder calmar a mis lágrimas, que durante tanto tiempo yo mismo había estado reprimiendo. Te juro, mi amor, que no había lugar más tranquilo y especial que aquel pedazo de paraíso en la tierra, pues allí me encontré cara a cara conmigo mismo y hable de tú a tú sin miedo a ser juzgado o recriminado por mis errores. No tenía nada que ocultar a mi yo verdadero porque esa persona que tenía delante de mi cara me conocía mejor que nadie. Las emociones estaban a flor de piel y aún así yo me tomé mi tiempo, saboreando cada instante, recordando las viejas caras de amigos y familiares que ya no están aquí con nosotros y a los que en su día no pude prestarles toda la atención que merecían. No sabes lo feliz que me hizo este viaje al que yo puse de nombre destinados.


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POEMA DE LA SEMANA. BRAZOS EXTENDIDOS. AKASHA VALENTINE.

Caen mis párpados como telones de acero sobre mis luceros encharcados y enrojecidos. Atentos tengo a todos mis sentidos, en guardia a mis oídos, que con cierto ímpetu y fogosidad esperan oír de tus fauces esas palabras que selladas siguen estando en tu boca por la cual no dices nada. Quisiera desarmarte, descoser tus labios, que unidos con finos hilos invisibles se niegan a hablarme, y si la situación ya es poco favorable también me condenas y reniegas, doblegando tus ojos al caer en el olvido cuando partes tu mirada contra el suelo y la fragmentas en miles de millones de pedazos imposibles de recomponer. Quisiera interrogar a las emociones, tratar de entenderlas para comprender en qué hemos fallado, pero cuanto tú extiendes tu mano para tocarme yo deslizo mi brazo y de ti me aparto para no ser tocada por las yemas de tus dedos ni acariciada por las puntas de tus articulaciones.

Sé lo que quiero y soy consciente de que no puedo tenerlo, y ese pensamiento me corroe las entrañas y me mortifica por dentro. No puedo ni mirarte a la cara, y cuando pienso en ello, los ojos se me llenan de lágrimas y mi voz se queda clavada en mi garganta, rascando y rasgando la carne de mi interior produciéndome un dolor silencioso que nadie mejor que yo conoce, pues lo vivo día y noche, cuando estoy en a tu lado e incluso cuando me alejo de tu figura. No quiero ni mirarte, es que ni tan siquiera me planteo llevar a cabo semejante hazaña, pero aunque te ignore sé que tus dedos seguirán pegados a tus rodillas, tendrás la cabeza en otra parte y guardarás silencio esperando a que sea yo la que diga la última palabra que ponga fin a esta historia que nunca tuvo razón ni motivos para seguir formando parte de nuestras miserables vidas.

Mi cabeza se balancea de un lado hacia otro. Nunca me he sentido tan insegura ni tan desdichada como hasta ahora, pues he visto tus labios por el rabillo de mis ojos, y mi dolorido corazón se ha encogido. Mis brazos han temblado y he querido ser tocada de nuevo por los tuyos. He tarareado miles de veces esa canción que un día compusiste sólo para mi uso y disfrute, tocada en la noche más oscura, con la luna llena pegada a nuestra ventana y tan redonda y colorida que creí que había sido pintada sólo para mi vista. Ya no puedo seguir por más tiempo aquí callada, esperando a ver qué pasa, tú has roto esa promesa que un día le hiciste a mi corazón y has besado otros labios que no son los míos y sé que te ha gustado hacerlo, pues has vuelto a su lado, aun cuando yo esperaba impaciente e ingenuamente a que volvieras a mi lado noche tras noche sin saber dónde estabas. Hoy volaré lejos de aquí, a un lugar donde nadie más pueda encontrarme o saber de mí. Hoy me iré de tu lado, sin demora ni excusas, pues mi corazón necesita ser sanado de las heridas que tú mismo le has infligido.


-FIN-

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Dom Oct 27, 2013 4:59 pm
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POEMA DE LA SEMANA. EL PESO DEL MUNDO SOBRE NUESTROS CORAZONES. AKASHA VALENTINE.

Con mis dedos enredados en mi rostro despego de mi cara esa sensación de desasosiego que me cubre como una máscara. Lo que quise decir nunca lo expresé, lo que pude callar lo expulsé sin medida y herí tu corazón y rompí tu alma en mil pedazos. Siento ahora más que nunca esa sensación de carencia involuntaria a la que por nombre propio llamamos soledad. Es ahí en su vientre donde reside mi dolor, donde alimento de desesperación a mis sueños sin cumplir, en ese gran espacio vacío al que yo ayer llamaba hogar y ahora acuna mi nostalgia mientras yo bebo para olvidar entre copas de cristal.

Las pisadas que hasta ayer te siguieron a pie juntillas hoy se han convertido en huellas que caminan haciendo círculos sobre sí mismas, intimidadas por el abandono, agazapadas e inseguras por la sensación que les produce la incomunicación del sonido de tus tacones al golpear las baldosas de este amplio espacio ahora vacío de imágenes, objetos y recuerdos que un día ocuparon un lugar vital en este lugar al que yo antes llamaba lar, pero que ahora ni tan siquiera la combinación de estás palabras da pie a una sensación de cobijo y aliento para esta rota alma que pedía a gritos ser escuchada por tus oídos.

Ahí, renegada al olvido, quedó esa partida inacabada, donde las piezas siguen esperando ser movidas por las yemas de tus dedos y mis peones esperan pacientemente atacar tus defensas para llegar hasta el otro lado del tablero y conquistar definitivamente esas tierras que nunca podrán alcanzar ahora que tú ya no estás aquí para reanudar esa partida que nunca debimos dejar a medias. Quiero retomar esas conversaciones que nacían durante el juego, disipar tus dudas con mis palabras y saborear tus victorias y derrotas al calor de la lumbre cuando tu boca se una a la mía. Tal vez lo que pido ya sea imposible de recuperar, lo que deseo una ilusión nacida de la desesperación, pero sé que debes de saber que siempre te quise más que ninguna otra mujer.

Ven, acude a mi llamada, aun cuando en mitad de la noche te nombre en mis sueños. No me dejes caer en este abismo de desesperación que lleva por nombre las iniciales de mi persona. Sé que cometí infinidad de errores, que lo que nunca debí hacer lo hice cientos de veces, pero era gracias a ti que yo pudiera subsanar mis equivocaciones cuando tú me ayudabas a darme cuenta de ello. Vuelve, reniega de tu orgullo y cúrame de este mal de amor que sufro cuando en sueños te revivo y en mitad de la noche me despierto empapado en mi propio sudor intentando tocarte aún siendo consciente de que lo único que podré palpar sera el aire que ni se asemeja ni se parece a tu figura.


-FIN-

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Dom Mar 02, 2014 8:17 pm
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Traducción al español por Huan Manwë para phpBB España