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El microrrelato del día. El otro lado de la verja. 

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El microrrelato del día. El otro lado de la verja. 
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Registrado: Mié Mar 21, 2007 12:17 pm
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Título Original: El otro lado de la verja © 2014.
Autor: Akasha Valentine.
Género: Microrrelato/Narrativa/Misterio.
Idioma: Castellano.
Volumen: Único.
Ilustrador: Akasha Valentine - 2014.
Corrector: José Antonio.
Editor: Akasha Valentine.
Fecha de publicación: 23/02/2014.

EL OTRO LADO DE LA VERJA POR AKASHA VALENTINE.

21 de Agosto. Pintado en tono rojizo junto al número se cierra un circulo casi perfecto. Mis ojos deberían haberse acostumbrado a las rarezas habituales que existen a mi alrededor, pero mi cerebro se niega a creer que lo insólito sea real y que las extravagantes acciones de mi madre sean fruto de una mente cuerda. Cuatro son los platos que hay depositados en torno a los comensales, con el mismo número de vasos y tazas, pero en casa ya sólo vivimos tres personas, y el número par debería ser impar, pero esto no es lo más extraño del todo. Mi familia actúa con normalidad, y tras ingerir el desayuno se mueven deprisa y acarician el aire donde el asiento está vacío, y hablan con dulzura a la nada como si esta pudiera oírles o responder a sus preguntas.

Mi madre me apura a que me cambie de ropa, me lave los dientes y esté lista en quince minutos. Sin embargo, para ese hueco vacío que aún existe en torno a la silla extiende sus manos y alza algo entre sus brazos aunque yo no pueda ver qué coge entre ellos. Su extraña conducta me sigue afectando, pero desde hace ya mucho tiempo he dejado de decir cuánto odio esa sensación de ver cómo sus vidas están siendo destruidas por un mal llamado locura.

Es Domingo, sé qué ropa que debo ponerme, los calcetines que debo de escoger, los zapatos que tengo que lucir, y como una máquina bajo las ordenes de su programa ejecuto todos los movimientos sin pararme a pensar demasiado en por qué hemos llegado a asumir una rutina tan excéntrica el último día de cada semana. Me dejo llevar por esa corriente de pensamiento de mis padres, y al salir por la puerta a la hora en la que el cuco del salón anuncia los cuartos vamos en dirección a la iglesia como el resto de los transeúntes. Nadie nos mira ya, a pesar de que la vieja silla de paseo va vacía: creo que los habitantes del pueblo ya se han hecho a la idea de ver las excentricidades de mi familia como algo usual en ellos.

Yo siempre voy dos o tres pasos por detrás de mis padres. Nunca a su lado, ni delante de mis progenitores. Y al doblar la esquina disminuyo el ritmo, me da miedo pasar por delante esa vieja casa abandonada que desde lo alto de la colina nos examina con sus grandes ojos con forma de ventanas. No me gusta nada, y tampoco la manera en la que mi padre se mete la mano en el bolsillo y acaricia con suavidad un viejo manojo de llaves a las que nunca ha dado ningún uso, así que de inmediato la sospecha vuelve a mí, y mi mente trabaja en la idea de que aquel lugar es sin lugar a dudas nuestro anterior hogar, aunque de eso yo ya no me acuerdo.

Mi madre no vuelve en ningún momento la mirada ni hacia atrás para ver que la sigo de cerca ni a un lado para mirar aquella fría y aterradora casa; mi padre, por el contrario, mueve sus dedos hasta dar con una gran llave de metal que aferra de manera apremiante y no la suelta hasta que no pasamos la calle, y yo por mi parte no me atrevo ni a mirar al otro lado de la verja, pues unos diminutos ojos me miran desde el pórtico llamándome por mi nombre sin cesar con una voz muy similar a mi tono y un rostro idéntico al mío, aunque con un cuerpo más pequeño. No tengo la menor duda de que esa niña que me llama sin cesar cada Domingo es la viva imagen de mi hermana Charlotte, mi gemela.


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Mi novela "Cartas a mi ciudad de Nashville" disponible en la web y en blog. Todos los derechos reservados © 2014-2021.


Jue Ago 21, 2014 1:49 pm
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Traducción al español por Huan Manwë para phpBB España