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El microrrelato del día. El último peldaño.
El microrrelato del día. El último peldaño.
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Akasha_Valentine
Regidor Vampírico
Registrado: Mié Mar 21, 2007 12:17 pm
Mensajes: 4640
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  Título Original: El último peldaño © 2015.
Autor: Akasha Valentine.
Género: Microrrelato/Misterio
Idioma: Castellano.
Volumen: Único.
Ilustrador: Akasha Valentine - 2015.
Corrector: José Antonio.
Editor: Akasha Valentine.
Fecha de publicación: 13/01/2015.
EL ÚLTIMO PELDAÑO POR AKASHA VALENTINE.
El salado olor a mar se respiraba incluso en el interior del vehículo a pesar de que las ventanillas estaban subidas. Era un aroma inconfundible, agradable, e incluso rememorativo.
El pequeño Mark parecía estar ensimismado con el paisaje, pues era tan diferente al que sus ojos veían habitualmente que ni tan siquiera se atrevía a pestañear con rapidez, por miedo a que aquel pintoresco lugar desapareciese delante de sus ojos.
Rememorando la promesa que le habían hecho sus abuelos, se sintió agradecido, porque después de mucho tiempo sin verlos, y tras el enorme esfuerzo de un pesado curso escolar en el que había tenido que estudiar intensamente para poder sacar las mejores notas de la clase, su recompensa estaba a escasos metros del aparcamiento, así que, cuando el motor se apagó y el iluminado y sonriente rostro de su familiar se volvió para decirle “Hemos llegado” sintió cómo su corazón se agitaba y aceleraba al mismo tiempo, y no pudo evitar sentirse eufórico y extasiado.
Con sus pequeñas pero hábiles manos se desabrochó el cinturón de seguridad y abrió la puerta trasera del vehículo, con el constante recordatorio por parte de su abuela de que tuviera cuidado de no darle al coche contiguo al suyo, o que no se fuese de lado, porque podría tener un accidente si lo hacía debido a que era una zona de mucho tránsito.
Tal y como le ordenaron, hizo todo lo que le dijeron que debía hacer, porque no quería echar a perder la aventura de aquel día, así que cuando todos estuvieron preparados comenzó la carrera que les llevaría desde el aparcamiento hasta el viejo faro de Mermaid port.
- Es temporada baja, no tendremos que esperar demasiado para subir. - Le explicó su abuelo.
Lo que significaba buenas noticias.
- Es magnífico. Y más antiguo de lo que creía. - ¡Exclamó la abuela!
Y la excitación fue en aumento, hasta el punto en el que el pequeño Mark deseaba soltar la mano de sus cuidadores y ser el primero en llegar al puesto de la taquilla para comprar sus entradas. Un gesto que le permitieron llevar a cabo cuando estuvieron subidos en la acera y el peligro de ser arrollados por accidente por otros vehículos resultó nulo.
El salado olor del salitre provocó un hormigueo en la punta de su nariz. Quería verlo todo, sentir la espuma del mar entre sus dedos, la arenosa tierra entre sus yemas, pero el viejo faro era la primera orden del día en su lista de lugares por visitar.
Al llegar al puesto de la taquilla para venta de entradas, e
ésta resulto ser más alta de lo que en la lejanía parecía, así que no consiguió alcanzar la diminuta ventanilla con su altura, por lo que tuvo que esperar a que su abuelo se ubicase junto a él para alzarlo en el aire y sacar de su bolsillo el dinero que había estado ahorrando durante el último mes para invitarles a todos ellos.
Tomó las entradas y se guardó el cambio en el bolsillo izquierdo del pantalón, y tras sujetar la mano de sus parientes echó una última carrera con ellos hasta llegar a alcanzar la puerta principal.
Dado que no había nadie visitando el faro fueron los primeros en entrar. Un hombre mayor, de rostro ajado y vestido como un viejo marinero de la zona, les pidió la entrada y Mark le tendió su mano para ofrecérselas.
Tras saludarles y darles la bienvenida, se pusieron a explorar los pocos y visibles rincones que ofrecía el lugar.
- Las mejores vistas se encuentran subiendo las escaleras. - Les informó el trabajador, quién esperaba que le siguieran para hacerles de guía.
- Entonces.- Añadió su abuelo.- Debemos subir.
Y subieron todos juntos, de uno en uno, en fila y orden debido a la estrechez de la escalera.
- Sujétate bien y ve con cuidado. - Era una de las frases más repetidas durante el ascenso, seguida de la de...- No te vayas a caer.
Mark subía el último porque se había quedado rezagado viendo antiguos cuadros de barcos que tenían colgados en la pared. Tanto sus abuelos como el guía local le estaban esperando en el mirador para contemplar las vistas. Pero al llegar al último peldaño, el pequeño niño se detuvo y no pudo dar ni un solo paso más, pues allí parado, delante de sus ojos estaba el hombre del cuadro que había visto momentos antes pintando al oleo en el piso inferior, mirándole con las cuencas de los ojos vacíos, mientras le repetía la frase:
- Huye muchacho, huye.
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| Mar Feb 03, 2015 7:51 pm |
 
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