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El microrrelato del día. El chico nuevo.
El microrrelato del día. El chico nuevo.
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Akasha_Valentine
Regidor Vampírico
Registrado: Mié Mar 21, 2007 12:17 pm
Mensajes: 4640
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  Título Original: El chico nuevo © 2015.
Autor: Akasha Valentine.
Género: Microrrelato/Misterio/Novela Negra
Idioma: Castellano.
Volumen: Único.
Ilustrador: Akasha Valentine - 2015.
Corrector: José Antonio.
Editor: Akasha Valentine.
Fecha de publicación: 14/01/2015.
EL CHICO NUEVO POR AKASHA VALENTINE.
Tras los primeros días de exaltación y curiosidad con la reciente llegada del chico nuevo, al final de la semana todo pareció volver a la normalidad, al menos para nuestro grupo, porque nadie se disputaba ganarse una plaza de entrada en nuestro antiguo club, al menos hasta el día en que el recién llegado encontró nuestra base secreta, y allí se presentó a sí mismo como Zachary Baker, aunque nos dijo que le solían llamar Zach.
Al principio no entendimos qué quería de nosotros, pero más tarde, al oírle ver y hablar de la forma en la que lo hacía, comprendimos que a pesar de su atractivo y popularidad era un chico como nosotros, entusiasta y alegre al que le encantaban los fenómenos paranormales, en especial las casas encantadas. Fue entonces cuando me dio un vuelco el corazón, porque por fin podía podía hablar con alguien dentro del club con el mismo tipo de interés que el mío.
Yo estaba dispuesto a aceptarlo de inmediato, pero el presidente, un chico dos años mayor que yo llamado Steven, se negó en redondo: no quería a nadie más dentro de su club, pero las presiones del resto de los miembros le hicieron cambiar de opinión, con una única condición: Zach debería demostrar su valor y coraje adentrándose él solo y sin la ayuda de nadie en la casa abandonada “Ghostly house”, cuyo nombre real era Bachelor’s House.
Personalmente me pareció una prueba de muy mal gusto, ya que era un lugar horrible y escalofriante, al que ningún adulto en su sano juicio deseaba ir debido a las escabrosas atrocidades allí cometidas contra animales y seres humanos, pero Steven insistió en que tenía que ir allí, tomarse unas fotografías y volver, sólo así podría llegar a formar parte del club.
Zach no se lo pensó ni dos veces y aceptó, poniendo como única condición hacerlo el sábado por la mañana, ya que era el único momento del día en el que sus padres salían de casa y no tendría que darles ninguna clase de explicación de a dónde iba. Todos estuvieron de acuerdo menos yo: me parecía una temeridad, así que me fui a casa muy enfadado y no pude dormir nada aquella noche.
A la mañana siguiente, sin apenas haber podido conciliar el sueño, cogí mi bicicleta e intenté llegar antes que Zach a Ghostly House, pero cuando llegué alguien más estaba allí esperando. Me encontré con Steven, quien quería asegurarse de que el nuevo miembro del club se comprometería a cumplir la promesa. Yo le pedí que lo dejara pasar, que era absurdo, pues al fin y al cabo nada bueno saldría de aquello, pero como siempre, por ser el miembro más novato y joven de la pandilla, fui ignorado por mi superior, así que nada pude hacer para convencerle de que cambiase de opinión.
Oímos un grito proveniente de la casa, luego un sonoro golpe y unos alaridos pidiendo ayuda. Steven dijo que lo ignorase, que solo se trataría de una estúpida broma, ya que había oído como el resto de chicos se ponían de acuerdo con Zach para tomarnos el pelo, pues él nunca había estado interesado en los fenómenos paranormales ni nada por el estilo. Pero a mí me costó creerle, en los cinco minutos que hablé con él pude comprobar que conocía muchos nombres de casas encantadas y sus historias, algo difícil de recordar para alguien que no está interesado en ellas. Me animó a irme con él, y a pesar de que no quise hacerlo me cogió del brazo y me llevó de vuelta hasta mi casa, sin dejarme montar en mi bicicleta por temor a que volviese para ver qué pasaba.
Aquella noche no volví a dormir, o mejor dicho, no podía hacerlo, así que me levanté de la cama pasadas las tres de la madrugada y corrí las cortinas para contemplar el cielo nocturno, pero ni aquella hermosa visión logró calmarme. Fue entonces cuando decidí volver a la casa a pesar de lo tarde que era. Cogí mi bicicleta y me puse a pedalear como un loco colina arriba, intentando evitar en todo momento que las zapatillas de casa se me salieran de los pies. Al llegar a la cima solté mi bici y corrí hasta el umbral de la puerta, pero ésta no cedió, así que pensé que no tendría suerte y me rendí. Sin embargo, oí una voz que me resultó familiar, y al darme la vuelta vi el rostro de Zach pegado contra el cristal. Tenía un aspecto horrible, muy demacrado, y volví para ayudarle; intenté abrir la puerta, pero no cedía, así que probé a romper una ventana, pero tampoco encontraba nada con qué hacerlo. Le dije que esperase, que volvería enseguida. Él gritó, no pude entenderle, pero le prometí que no le fallaría.
Bajé raudo y veloz colina abajo, y a medio camino me topé con un vehículo de la policía. Cuando el sheriff me vio, en lugar de ayudarme me llevó a mi casa, y al intentar explicarme no me hicieron caso, y me castigaron durante tres meses. El Lunes por la mañana cuando llegué al colegio y expliqué lo sucedido nadie me creyó, y mis compañeros decían no recordar a ningún Zachary Baker, pero yo pensé que todo aquello era absurdo, porque habían hablando con él e incluso compartido su comida. Todo aquello me sentó muy mal, así que cuando me levantaron el castigo volví a la casa, pero no vi a nadie, y empecé a pensar que tal vez todo cuanto me había sucedido se trataba de un mal sueño.
El último año de mi curso escolar decidí colaborar en el proyecto del anuario, así que tuve acceso a los ficheros de los antiguos alumnos, donde di con un nombre que ya había olvidado desde hacía dos o tres años, no lo recuerdo con exactitud. Tras tomar uno al azar y revisar las viejas fotografías di con una cuyo rostro me resultaba terriblemente familiar. Sin quererlo el libro se me cayó de las manos, pues en una de las páginas estaba retratado el chico con el que había entablado amistad cuando aún era miembro del club de fenómenos paranormales.
Recogí el anuario del suelo y le pregunté al bibliotecario, quien al ver la fotografía me explicó que se trataba de Zachary Baker, un antiguo alumno de esa escuela que desapareció en el año 1960. Tras una exhaustiva investigación policial su cuerpo fue hallado sin vida en la casa Bachelor’s House, convirtiéndose así en la víctima número treinta y nueve del temido asesino serial Anderson. J. Hill, un destacado miembro de la comunidad.
Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley, y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright._________________ Mi novela "Cartas a mi ciudad de Nashville" disponible en la web y en blog. Todos los derechos reservados © 2014-2021.
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| Mar Feb 03, 2015 7:52 pm |
 
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