Título Original: Pasión doblegada. © 2017.
Autor: Akasha Valentine.
Género: Relato/Romántico/Erótico/Vampiros/Romance
Idioma: Castellano.
Volumen: Único.
Ilustrador: Akasha Valentine - 2016/2017.
Corrector: José Antonio.
Editor: Akasha Valentine.
PASIÓN DOBLEGADA.
Lo abofeteó. La picazón gestada en la yema de sus dedos aún hormigueaba en las puntas de sus articulaciones. No estaba del todo segura de si a él le habría afectado de la misma manera, pero desde luego a ella le dolía terriblemente la palma de la mano; tanto era así que la retiró sutilmente para poder apoyarla contra la tela rojiza de su vestido con el fin de evitar que el tembleque que sufría fuera demasiado evidente para él y se percatara de que su proeza sólo había sido a consecuencia de un terrible error llevado a cabo por un momento de locura transitoria. Se mantuvo en alerta durante unos segundos, hasta alcanzar el minuto, y sólo entonces se atrevió a bajar la cabeza, a dejarla inclinada, a no mirarle a la cara para sostener su mirada contra la suya. Ambos mantuvieron el mismo gesto unos breves segundos, hasta que él se llevó su mano y sus dedos contra su cara y, repasando el contorno de su propia mejilla, sostuvo que para él aquel golpe sólo lo había podido sentir como una torpe caricia, no obstante no había podido evitar ladear el rostro para dejar escondidas tras de sí las verdaderas facciones de su naturaleza.
Sintiéndose como el ser más detestable de todos, comprendió que aquel peligroso juego la arrastraría a ella también a un mundo donde la sombras son eternas y no meros espejismos que se desvanecen cuando llega la hora de despertarse. Sabiendo lo que él ya conocía por experiencia propia, se había atrevido a negárselo, porque si ella le permitía continuar, dar ese paso que te arroja sin cuerda alguna a un abismo del que no puedes escapar una vez que empiezas a caer, sería el fin, y no quería verse convertida en lo que él era, a su juicio: un monstruo.
Ideas y pensamientos, demasiadas dudas seguidas de miedos, hacer lo correcto porque la razón lo dicta no agrada al corazón, que de engaños ya está saturado y cansado, y aún así sentir que el calor de su piel comienza a desvanecerse le hace enloquecer. Por ello se atreve a llegar aún más lejos, y sin consentimiento oral la atrapa, la envuelve con sus brazos, la pega contra su torso desnudo y la abraza fuertemente, pegando la punta de sus dedos contra su desnudo omóplato, evitando enfrentarse a lo que ya es evidente que está a punto de suceder. Pues incluso él sabe que el tiempo no perdona, no atiende a razones, no se queda inmóvil porque no tiene dueño ante quien responder, y ha de tomar una decisión, pues ella está a punto de marcharse, y sólo quiere saber qué hacer con su vida antes de que parta.
Los golpes vuelven a doblegar su cuerpo, está vez no provienen de ella, sino de su corazón latiendo, agonizando, abrumando a sus tensos músculos; es cierto que ha de elegir, y por tanto ha de ser cauto, pero ahora que sabe que sin ella la vida no tiene sentido alguno para él ha llegado el momento de darle su merecido beso: esté preparada o no él ya ha decidido que hará inmortal a su gran y único amor.
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