Título Original: El amigo invisible © 2017.
Autor: Akasha Valentine.
Género: Microrrelato/Terror
Idioma: Castellano.
Volumen: Único.
Ilustrador: Akasha Valentine - 2017.
Corrector: José Antonio.
Editor: Akasha Valentine.
Fecha de publicación: 04/01/2017.
EL AMIGO INVISIBLE POR AKASHA VALENTINE.
Estaban sentados sobre sus sillas, y colocado encima de sus pupitres había un regalo para casi todos los alumnos allí presentes. Era tan emocionante que las voces de los niños sólo se entornaban en risillas y chillidos expectantes por ver lo que su amigo invisible les había regalado. Ellen era la única que aún no tenía su obsequio encima de la mesa, pero es que la profesora aún seguía buscando su paquete en la caja errónea. Tardó como unos quince minutos en dar con él, y cuando lo encontró soltó un grito de alivio y una exclamación de asombro, pues era el más pesado de todos los regalos.
- Bien chicos. - Pudo expresar al fin la profesora. - Podéis abrirlos.
El griterío ensordeció a los allí presentes, cuyas voces quedaron muy pronto acalladas por el rasgar de los papeles de regalo, el batir de las hojas de los libros de papel, las sirenas de alguno de los vehículos a radio control…
Mesa por mesa, la profesora fue admirando cada uno de los objetos regalados, asombrada, fascinada y encantada por la generosidad de todos los alumnos con respecto a sus compañeros, y cuando llegó a la mesa de Ellen se sorprendió de ver que la caja en la que estaba envuelto su regalo aún mantenía la tapadera puesta.
- ¿Qué ocurre? - Le pregunto de inmediato.
- Nada. - Exclamó la niña.
La profesora quiso saber qué estaba ocurriendo e intentó indagar más en el asunto, instando a que la niña abriese su regalo para ver porque su caja aún tenía la cubierta puesta encima.
La niña, obedeciendo las ordenes que su maestra le había dado, destapó su regalo, y al verlo volvió a sonreír de nuevo. Estaba tan emocionada con su obsequio que no pudo evitar sonreír de oreja a oreja.
- ¿No le parece maravilloso, señorita Roswell?
La profesora vociferó un grito ahogado de terror. Le arrancó la tapa de las manos a la niña y volvió a cubrir el paquete, solicitándole que se lo diera inmediatamente.
Ellen, por supuesto, se negó a hacerlo. Se abalanzó sobre su regalo y lo protegió con su cuerpo. Al fin y al cabo, nadie recibe todos los días de su amigo invisible un corazón humano aún latente.
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