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El poema de la semana. Año 2013.
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Akasha_Valentine
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  POEMA DE LA SEMANA. LO QUE QUISE DARTE. AKASHA VALENTINE. Lo único que le pido al cielo es que el viento no se lleve consigo tu olor, pues temo que se encapriche de él como anteriormente lo hizo tu aroma con mi corazón. Soy lo que juré que no sería nunca, fiel siervo de tu figura, y aquí me tienes postrado ante tus pies besando el suelo por el que caminas; sumiso y servicial, me encuentro lamiendo con la punta de mi lengua cada resquicio que hay entre las baldosas y el cemento con el único fin de saborear las pocas migas que me dejas a modo de comida como símbolo de tu amor hacia mi persona. Yo quería que me vieses de otra forma, no como un perro apaleado fiel a su señor, devoto de su figura, pero tu presencia, que siempre me intimidó, nunca me dejó pronunciar palabra alguna para hacerte entender que lo que yo de verdad deseaba darte eran las palabras sinceras que un alma enamorada puede atesorar en el interior de su pecho.
Oía a menudo de tu boca palabras que simbolizaban lealtad a quienes estaban dispuestos a escucharlas. Yo que siempre fui beato de tu presencia bebía de ellas, comía junto a ellas e incluso en las noches más frías velaba por su bienestar. ¿Pero cómo no iba a hacerlo? Si en mi mente el hecho de pensar en ti ya era suficiente razón como para seguir respirando con tal de poder estar contigo para siempre. Me atreví a soñar con un futuro no muy lejano, en el que en igualdad de condiciones tú eras yo y yo era tú, y no había barreras ni distancias que nos pudieran separar. Podía abrir los ojos sin dejar de soñar, sin sentirme oprimido por el peso del mundo sobre mis hombros; los amaneceres eran el inicio de algo nuevo, los atardeceres el final de unos momentos que con tesón guardaría en lo más profundo de mi ser y así dejaría correr los días en el calendario sin importarme nada más que tu bienestar.
Pero lo que yo de verdad quería nunca se hizo realidad. Jamás llegué a besar esos labios por los que hubiera peregrinado a tierras lejanas con tal de poder tocarlos con mi boca aunque sólo fuese durante el poco tiempo que dura un fugaz instante. Hubiera detenido por un simple latido de tu corazón, a ese cielo inconstante que cambia a la voluntad de las estaciones. Si tú me lo hubieras pedido sé que habría encontrado la forma de darle forma a las nubes que sentadas en el cielo se mueven sin saber muy bien si su futuro sera mejor que el pasado que dejaron atrás. Lo que quise darte nunca podría haberte hecho del todo feliz, bien lo sé yo ahora, pero aún así lo hubiera intentado con todas mis fuerzas; regalarte una sonrisa cuando la tristeza fuese un arma que te hiriese a cambio de una caricia tuya en mi piel sería todo cuanto necesitase para sanar cualquier herida y creyendo en estos pensamientos me dejé llevar por mis propias emociones hasta que me di cuenta de que si seguía amándote de la forma en la que lo hacía saldría más herido que de costumbre.
-FIN-Akasha Valentine © 2013.
Todos los poemas aquí publicados son de Akasha Valentine © 2013 y la autora es propietaria de los derechos de autor. Si ves algún relato en otra web, foro u otro medio, están cometiendo un delito, salvo que cuenten con el permiso expreso de la autora, y siempre que esté citada la fuente y la autoría._________________ Mi novela "Cartas a mi ciudad de Nashville" disponible en la web y en blog. Todos los derechos reservados © 2014-2021.
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| Dom Mar 02, 2014 8:24 pm |
 
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Akasha_Valentine
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POEMA DE LA SEMANA. UNIDOS PARA SIEMPRE. AKASHA VALENTINE. En este viejo sillón, con tu mano entrelazada a la mía y tu sereno rostro descansando sobre mi hombro, el mundo no parece haber cambiando demasiado, pero al contemplar las viejas páginas de este álbum fotográfico me doy cuenta de que nuestros rostros han envejecido con el paso de los años, a pesar de que en las imágenes el tiempo no causa estragos, no arruga nuestras juveniles caras y nuestros labios no son capaces de contar esas historias que sólo en nuestra memoria viven cuando las rememoramos juntos, bajo un cielo estrellado o al calor de la lumbre en las más frías noches de invierno. No tengo prisa por crecer, y tampoco espacio en mi cabeza para pensar que el mañana será mejor que el presente que ya vivo hoy, porque quizás en él ya no estemos los dos juntos como ahora; por eso valoro lo que a día de hoy tengo, lo atesoro en mis manos, y no quiero creer que lo que aún esta por llegar pueda ser algo mejor que lo que con mis ojos puedo ver. Cuando te miro de la forma en la que lo hago, me doy cuenta de que yo estoy hecho para amarte, y que no necesito demostrarle nada al mundo, porque ante tus ojos soy perfecto. Tal vez necesite cambiar esos pequeños defectos a los que tú tanto aprecio les tienes porque dices que son mi sello personal, esas pequeñas cosas que me hacen único, pero yo quiero mejorar por ti, para darte cada día una palabra única que ningún otro poeta haya expresado jamás a su amor, una frase que te distinga por encima de las demás, un color que sólo se pueda aplicar en tu piel y te haga brillar más que el resto. No me siento cómodo cuando tus dientes rechinan, estas incomoda, por eso te guío con mis brazos, apoyo tu cabeza contra mi pecho y hundo las yemas mis dedos entre tus cabellos para surcar las ondas que forman tus rizos como si de olas se tratase. Tranquila, te susurro al oído, estoy aquí, velando por ti, cuidando de tus sueños, para que no creas que te he abandonado un solo instante. Ven, quédate conmigo, acompasa tu respiración a la mía y déjame que te cuente lo mucho que me importas en mi día a día. Siento que sin ti no podré nunca ganar esa batalla a la que día a día me enfrento; atrás quedaron mis miedos, vencí a mis demonios para ser quien soy ahora, para ser la persona que merece estar a tu lado para toda la eternidad. Sé que tienes miedo, que tus inseguridades te crean ansiedad, pero tranquila, yo seré tu punto de apoyo, el escalón que necesitas para seguir adelante, tu mano para cuando necesites salir de las profundidades en las que todos nadamos en algún momento de nuestra vida. Quiero decirte que has de creer en ti, porque nunca he conocido a nadie que se parezca remotamente a ti. Tú que siempre tienes una meta en la cabeza, nunca te rindes, eres capaz de escalar todos los obstáculos que se interponen en tu camino con una sonrisa en los labios. Creo que estoy celoso del mundo que te mira y te contempla cuando yo me voy a dormir, pues esas horas en las que mis ojos no pueden verte, otros lo hacen por mí y siento que me arrebatan algo que me pertenece y me siento débil al pesar de esta forma tan irracional. No despiertes todavía, sigue durmiendo un poco más sobre mi pecho, aún me quedan muchas cosas por contarte, y las horas parecen haberse quedado dormidas en las manecillas de los relojes. El amor que siento por ti no se puede expresar con simples palabras, por eso quiero que tus oídos se peguen a mi pecho, para que oigas como suenan mis emociones con el ritmo de mi corazón; tú eres quien compone cada latido cuando me tocas, me besas, me acaricias o me llamas. Tú y solo tú eres mi guía y mi brújula, mi destino y mi camino en la vida. Quererte es mi mayor regalo y por eso te dedico estás últimas líneas, amada mía. -FIN-Akasha Valentine © 2013.
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| Dom Mar 02, 2014 8:27 pm |
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Akasha_Valentine
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POEMA DE LA SEMANA. QUERÍA SER AMADA. AKASHA VALENTINE. De nada sirven ya tus esfuerzos, porque lo que yo quería en aquella época era que tú hubieras estado ahí cuando más te necesitaba. Siento que tus dedos nunca llegaron a tocarme como de verdad lo tendrían que haber hecho, pienso que tus ojos nunca me vieron tal y como yo era, con mis defectos y virtudes, mis carencias y mis capacidades. Ahora que miro al ayer, tal vez con algo de desprecio por mi parte, un hecho que no puedo negar, veo a dos extraños que sumidos en las sombras de la noche se miran sin verse, en silencio sus cabellos son mecidos por el viento, no sienten nada el uno por el otro, el amor que un día se profesaron ha muerto y ha sido enterrado bajo sus pies, y a veces me pregunto si ese sueño tan atroz no será un reflejo de lo que propia alma siente cuando te evoco en mis recuerdos día y noche también sin descanso ni pausa muy a mi pesar. El tiempo corre deprisa, más de lo que creemos, pero las heridas no cicatrizan a la misma velocidad, tienen su propio proceso: primero duelen, escuecen, nos hieren y poco a poco y a medida que nos damos cuenta de que debemos avanzar si de verdad queremos seguir viviendo comienzan a sanar y cerrarse, dejan de sangrar cuando las miramos y se convierten en cicatrices que aunque no nos hagan sufrir a simple vista, están ahí, en carne viva, preparadas para ser abiertas tal vez no hoy ni mañana, pero con los años seguirán con nosotros recordándonos nuestros fallos y errores cuando las miremos de reojo, haciéndonos sentir distintos cuando debamos enfrentarnos a temas que de otra forma abordaríamos sin miedo, pues el desconocimiento a veces es más fácil y llevadero que la pesada carga de la verdad de lo que podemos esperar si no tenemos cuidado. Para entretenerme y alejar de mi mente los malos pensamientos que me provocan gran pesar, tiendo a hundir las yemas de mis dedos en la fría agua de este río que fluye siguiendo su propio camino, sin prisa, pero sin pausa, y cuanto más lo miro más celos siento de su estado, pues nada le detiene y vive en un aparente estado de tranquilidad que yo quisiera alcanzar en este mismo instante. Ojalá las cosas hubieran sido diferentes entre nosotros, pero los hechos no se pueden cambiar, las personas no aceptan tan fácilmente sus errores y al final del día volvemos al punto de partida del que nunca conseguimos salir. -FIN-Akasha Valentine © 2013.
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| Dom Mar 02, 2014 8:30 pm |
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Akasha_Valentine
Regidor Vampírico
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POEMA DE LA SEMANA. PRELUDIO DE MUERTE. AKASHA VALENTINE. Su mano ya no me quiere tocar, a pesar de mis esfuerzos por darle calor con mi propio cuerpo. Se va, lo sé, la muerte se la va a llevar a un lugar donde yo ya no podré tenerla jamás. Solo me quedaré, atrapado entre estas frías paredes de piedra, que golpeo enérgicamente cuando mi amada no me ve, preso de la locura, enfermo de la ira que me invade al pensar en su pronta partida al reino de los cielos. Maldigo a ese Dios que me la ofreció para después arrebatármela. ¡Qué ingenuo fui al creer que con mi amor podría salvarla! Que el dinero la curaría del mal que cada día invade su cuerpo, dejándola sin fuerzas, apagándola de toda vida, y al pie de la cama, moribunda, exclama mi nombre de vez en cuando, entre susurros y lastimeros quejidos. Mi amor se está muriendo.
No quiero verla postrada en un lecho bañada en su propio sudor. Viva y lozana deseo que mi amada se levante una mañana y que entre risas y buenos gestos me arrope con sus brazos pegando a su pequeño pecho. Quiero sentirla más viva que muerta, oliendo las flores del jardín, tejiendo para mí bufandas que en el frío invierno me pondré para abrigar no sólo a mi cuerpo sino también a mi espíritu, pues en esa simple prenda mi amor puso toda su alma y su esfuerzo. No la oigo, su campanilla que duerme al pie de la cama junto a ella no suena, presa del pánico acelero mis pasos, corro poseído por el demonio escaleras arriba intentando no perder una calma que poco a poco se me va escapando de las manos. ¡No, exclamo! Aún es demasiado pronto para llevarla a su nuevo lecho de fría y oscura piedra, donde su carne se pudrirá y sus huesos en polvo se convertirán.
Pero al cruzar el umbral de la puerta oigo al ama de llaves sollozar, su último vaso de leche aún sigue apoyado sobre la bandeja que en sus manos porta. La grito para que reaccione, mi amor aún no se ha ido, ¿es que nadie puede verlo? Ella aún tiene los ojos abiertos, fijos en el techo, su boca abierta parece estar a punto de expresar algo, pero cuando la miro más de cerca, sé que lo único que veo es el cuerpo de alguien que ya se ha ido, y yo me quedo helado, sin poder decir nada, petrificado como las esculturas que a los pies de las puertas decoran ahora esta lúgubre sala de muerte y dolor que hace las funciones de lecho mortal. Mis piernas flaquean, mi cabeza me da vueltas, mi amor se ha ido, la muerte se ha colado por alguna ventana, o tal vez ha entrado por la puerta principal; sea como fuere se la ha llevado dejándome aquí solo, ahora consumido por mi propio dolor, que vivirá pegado a mi vida hasta el final de mis días. -FIN-Akasha Valentine © 2013.
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| Dom Mar 02, 2014 8:32 pm |
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Akasha_Valentine
Regidor Vampírico
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POEMA DE LA SEMANA. TODO AQUELLO QUE NO DIJIMOS. AKASHA VALENTINE. Tal vez se nos olvidó, y el afecto que nos teníamos quedó hecho trizas por el olvido. Creo y aunque en estos momentos no lo necesito del todo, tampoco echaría a un lado lo que siento, qué desearía una caricia tuya en mi mejilla para dar lo mejor de mí, aunque de manera consciente sé que no haremos nada el uno por el otro y seguiremos mirándonos como dos extraños que ni cruzan dos palabras por miedo a la reacción del otro. Créelo, o si quieres no lo hagas, pero lo que te voy a contar cierto es, y es que a veces tengo la tonta sensación de que las palabras que necesito decirte se quedan pegadas en los labios sin saber qué rumbo tomar porque mi voz no sabe cómo debe pronunciarlas, y así me quedó contemplativa mirando a los segundos correr en los relojes ajenos en las muñecas de los extraños que por mi lado pasan ocupados en sus pensamientos, ajenos al dolor que siento, al igual que tú.
Devuelve, me gustaría decirte, a la luz de mis ojos el brillo de mi inocencia, no te quedes para ti aquello que los dos sabemos que ya no te pertenece, deja libre a mi corazón, no lo retengas por más tiempo en esa jaula que expuesta tienes a la vista de todos para darle de comer cuando recuerdas que aún sigue vivo latiendo desesperadamente por atraer tu atención. Si un día sentiste algo por mí éste es el momento de decírmelo o el de dejarme marchar, porque ya no me quedan fuerzas para seguir luchando en esta batalla que se ha cobrado tantos días y emociones al mismo tiempo. Mi arrogante amor, trae de nuevo contigo a esas caricias que lograban quitarme el aliento, a esos latidos que todas las noches brincaban sobre mi cama para no dejarme dormir cuando en mi memoria te recordaba. Y ayúdame a dejar de creer que en los cuentos cerrados que sobre las líneas de las baldas esperan a ser tocados por mis dedos seguirán viviendo finales felices aunque yo ya no les preste atención.
Crecer es más duro y difícil de lo que pensaba, pues he saboreado más derrotas que alegrías a tu lado. He vertido más lágrimas de las que pudo recordar, y si quisiera contarlas todas ellas me faltarían dedos en la mano para hacer semejante hazaña, ya que no puedo seguir fingiendo que me interesan tus palabras, que me atrae incluso aquello que aún por teléfono me sigues contando con la misma emoción del primer día. Me muerdo los labios demasiadas veces, y hasta heridas he creado en mi paladar fingiendo que puedo seguir atada a este sueño que a ninguna parte ya nos lleva.
Las maletas ya están llenas de nuevo y en ellas no sólo llevo ropa sino nuevos pensamientos con lo que fortalecer a mi mente para obligarme a mí misma a ser más fuerte cada día. Quisiera decirte que el adiós es una emoción que no duele, pero no quiero engañarte, no puedo fingir que no es verdad, por eso quiero darte estás últimas líneas sólo a ti, para que entiendas de que este amor ya no tiene salvación alguna porque mi corazón se ha escapado de la jaula y ahora vuela libre en busca de nuevos horizontes en los que poder expandir mi mundo, en el que tú ya no vives. -FIN-Akasha Valentine © 2013.
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| Jue Jul 03, 2014 11:16 am |
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Akasha_Valentine
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POEMA DE LA SEMANA. REYES SIN CORONA Y CORAZONES SIN TRONO. AKASHA VALENTINE. Pálida figura que por mi nombre me has de llamar llegado el momento de mi muerte, déjame a mí que sea yo quien le explique por qué mi mano ya no podrá estar ahí tendida cuando caiga y busque mis dedos para apoyarse en ellos y levantarse. Permíteme que sean mis palabras las que hablen en lugar de las de otros, para que de esta forma cuando las rememore en su mente sienta que no me olvidé de ella ni un solo instante. No pido nada más que un poco de tiempo para poder abrazarla unos segundos antes de que mis ojos se cierren por completo. Y aunque soy consciente de que pido demasiadas cosas, oh muerte, has de entender que para ambos nada es sencillo, y como una triste tragedia cerniéndose sobre mí debo ser engullido por las sombras que a tus pies siempre están, para dejarla atrás aunque en mi corazón sienta pesar por abandonar a esa dama cuyo nombre no te diré para que no vayas en su búsqueda cuando yo ya no esté.
Sabré bien lo que es el pesar cuando no pueda estar a su lado, ni tocarla ni abrazarla, ni besarla ni despertarla con un casta caricia o un gesto desmedido por la pasión de la noche. Solo viviré, atiborrado por el dolor de la desesperación que me trae tu astucia, cuyas zalameras palabras empleas para atrapar las almas de hombres que como yo a tus pies caen rendidos aunque su voluntad por vivir sea más fuerte que la tuya por hacernos morir. Le diré a mi amor, antes de que tu llegues, que en la noche más oscura piense en mí para arrojar un poco de luz sobre ese frío lecho sobre el que debo vivir de manera eterna. Le rogaré que, aunque esté en la más absoluta desesperación, vaya a verme y me ofrezca una sonrisa en lugar de una flor, porque las plantas al igual que las vidas se marchitan con la brevedad que dura un suspiro, pero una sonrisa en los labios de quien se ama, eso es más duradero que la propia eternidad.
Sabre yo del amor, pues hasta que la conocí mi vida no tenía ni rumbo ni sentido. Breve es el tiempo que a su lado he de pasar, eterno el que separados nos mantendrá, pero por ella ha merecido la pena vivir, por cada instante de pesar en mi corazón el simple hecho de rememorarla aliviará mis penas y sanará mis heridas. Muerte, ya te veo venir caminando deprisa, sin tiempo para dejarme prepararme para lo que me esta a punto de suceder. Que sea rápido sólo pido, indolora tu guadaña cuando caiga sobre mi cabeza y ésta ruede por la estancia de manera metafórica. Date prisa, pues mi corazón ya se siente intranquilo, mi amada ya baja por las escaleras, ya la estoy oyendo venir, y no quiero que al pie de ellas me vea tendido como un andrajo sin vida. Quiero morir majestuosamente en esta tribuna que será mi butaca, regia y alta para sostener este cuerpo ya marchito que siente el dolor de los huesos, la paralización de sus músculos. Bendito el veneno que me administraron sin yo saberlo, pues ahora la enfermedad ya no me hará sufrir y no la veré a ella derramar más lágrimas por mí. -FIN-Akasha Valentine © 2013.
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| Jue Jul 03, 2014 11:24 am |
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Akasha_Valentine
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POEMA DE LA SEMANA. EL CAMINO SIN HUELLAS. AKASHA VALENTINE. Fingiré que todo va bien, aunque me gustaría enfrentarme a la realidad cara a cara y ver que no es así. Mi vieja caja de postales, cuyas fotografías cubren las portadas, han comenzado a envejecer y los dorsos de las puntas a agrietarse, y me pregunto qué es lo que ha pasado en estos últimos años para que mi vida quedase estancada en esta ciudad cuyo nombre y edificios ya no me atraen de igual manera. Porque por aquel entonces yo tenía sueños, ideas que quise dejar plasmadas en esas piezas rectangulares de cartulina cuyo matasellos podría venir desde cualquier parte del mundo, y yo escribiría unas escuetas líneas en ese diminuto espacio que ofrecen estas tarjetas y me hablaría a mí misma de la experiencia o de las metas ya superadas, dándome ánimos para seguir adelante sin temer al mañana o la repentina muerte. Creo que aún estoy a tiempo, las maletas aún esperan, y el mundo tiene mucho que ofrecerme, pero si me quedo aquí sentada poniéndome más excusas nunca llegaré lejos ni haré nada por mí misma.
En este viaje del que aun sin salir por la puerta de mi casa soy consciente de que ya he comenzado deseo hacer mi primera parada en un país lejano y exótico para poder abrir las manos y extender mis dedos en un viejo tren abarrotado de personas para surcar el cálido aire de la India y tocar con las puntas de mis dedos esos árboles que sin apenas sombra dan cobijo a los pájaros de la zona. Quiero poder recorrer la Muralla China desde el inicio hasta el final y en cada tramo que me detenga tomar una fotografía o reflexionar sobre la experiencia vivida. No quiero que los muros que he levantando en torno a mis pies me detengan, por eso visitaré el Muro de Berlín, pues éste será recordatorio constante en mi vida del daño que el hombre puede hacerse a sí mismo si no tiene cuidado. Me perderé entre los sabores de Oriente y Occidente y dormiré al raso en las dunas del desierto, y cabalgaré por las estepas argentinas a lomos de un caballo como si de una amazona me tratase. No quiero perder más tiempo fingiendo que ya he vivido todo cuanto la vida puede ofrecerme, pues aún me queda tanto por aprender que maldigo al mismo tiempo por ser tan breve en mi vida. -FIN-Akasha Valentine © 2013.
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| Mar Jul 08, 2014 9:08 pm |
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Akasha_Valentine
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POEMA DE LA SEMANA. DEJAR DE SER EXTRAÑOS. AKASHA VALENTINE. No me culpes, más la razón de mi timidez bien la sabes, y es que cuando te miro a los ojos me resulta realmente difícil no perderme en la forma de tu contorno, en las líneas que, decoradas con sombras apagadas dibujadas en tu párpado, logran agrandar esas pupilas que del color de una noche sin estrellas imitan la belleza de tu nebuloso iris. Más aquí estoy, siempre con la mente ocupada, con la mano apoyada sobrevalorando mis propias acciones, pues quisiera tener el valor suficiente de seguir tus propios pasos, sin importar hasta dónde me lleves. Y es que esta falta de valor y confianza en mí mismo me impide ser capaz de decirte cómo me siento, aunque sean mis propias emociones y gestos los que hablen por mí. Y sin brújula ni mapas que me orienten persigo a tu escurridiza sombra, que saltando de nube en nube va, sin tocar las luces de las farolas que de mi calle a la tuya alumbradas cada noche están. Fatigada mi lengua vive, cantando canciones de amor que al oído desearía susurrarte, bajo un cielo nocturno o una mañana soleada a la orilla de la playa, donde pudiera contemplar el color de tu blanca piel y enredar entre mis dedos esos hilados rizos del color del oro que con anhelo ansían las tejedoras de los sueños de hadas en los que aún te gusta creer.
Si fuéramos aquí y ahora del todo sinceros nuestros caminos no estarían separados, y nuestras yemas recorrerían cada centímetro de nuestro cuerpo donde antes otros no dejaron huellas ni cicatrices, besos o marcas que con una dulzura amarga recordaríamos cuando la ausencia de tu cuerpo o el mío se hiciera latente al otro lado de la cama. No sé si te lo he dicho al comienzo de los besos que de vez en cuando le robo al viento antes de que te toque los labios, pero yo quisiera que nadie más pudiera palparte o acariciarte, porque cuando la naturaleza lo hace siento celos de su fuerza, pues a veces se lleva consigo el aroma de tu perfume, y ve la forma de tu sonrisa cuando yo no puedo verte, o conoce mejor que yo la manera de mecer tus cabellos como si con sus dedos invisibles pudiera ejercer su derecho a tocarte siempre que a ella se le antojase. Sí, sé que lo que digo para ti puede que no tenga sentido, pero desde que te conozco soy preso de esta locura que sin sentido me tiene vagando sin rumbo fijo. Y voy de un lado para otro, esperando encontrar en los cuerpos de otras mujeres lo que en ti no pude recoger para tenerlo siempre, y ahora que sé que nadie es como tú, me pregunto si mis errores podrán ser perdonados ahora que ya sabes la verdad. -FIN-Akasha Valentine © 2013.
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| Lun Ene 05, 2015 1:58 am |
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Akasha_Valentine
Regidor Vampírico
Registrado: Mié Mar 21, 2007 12:17 pm
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 POEMA DE LA SEMANA. EL SUSURRO DE LAS EMOCIONES. AKASHA VALENTINE. Recuerda aún cuando yo olvide y expresa por mí lo que con palabras yo ya no puedo decir, mientras el reflejo del cristal nos imita sin igualarnos, mientras en este escueto instante alzo mis dedos y enredo la punta de mis yemas entre tus cabellos, y sin venir a cuento dejo de oír por un momento lo que no anhelo oírte decir, y vuelvo a retenerte entre mis recuerdos, esta vez avivados por la fragancia de tu perfume que, enredado entre mis fosas nasales, enloquece a mis sentidos embriagando mis emociones. Y sin extender nuestros dedos anhelo que llegue el momento de tocarnos, mientras mis labios entreabiertos susurran y mis oídos ansiosos de deseo esperan oírte pronunciar mi nombre.
Y es entonces cuando doy pie a esa emoción de ahogo que nace en mí al negarme a creer lo que ya sé, que somos prisioneros del tiempo imperfecto, y nunca dueños y señores de los machacados segundos que esparcidos dejamos agotados debajo de las patas de nuestra propia cama. Basta con recordar cuán sofocante es la sensación de no igualar el peso de las emociones que, albergadas en nuestro pecho, nacen y mueren en el interior de nuestros pensamientos, y al no creernos dejamos de confiar plenamente en las palabras que tiempo atrás tuvieron un mayor peso y significado en nuestra vidas, llegando incluso a hacerme creer que la distancia que nos separa es un muro inquebrantable. No me dejes olvidar, que el olvido es demasiado perjudicial cuando se está enamorado. Pues no deseo confundir a mis ojos por mirar otra mirada que no iguala ni supera al tono, la profundidad o la forma de la tuya. Es un castigo sentir y padecer todas las emociones del mundo y sólo poder expresarlas de una en una como si de susurros momentáneos se tratase. Dime que me equivoco si en mí crece el anhelo de imaginar que tú por mí sientes lo mismo que yo siento por ti.
Ya estoy con la mano en el aire buscando el tacto de tu brazo, acercando mi boca contra tus labios esperando besar esos carnosos bordes que sólo para mí parecen estar hechos. Diré lo que necesites oír, o quizás lo que yo creo que sería mejor decir en estos casos, la memoria no es siempre el mejor lugar donde albergar cada una de las emociones que a partir de aquí nacerán ahora, así que vente conmigo donde la almohada cobija a los sueños, deja que te ayude a apoyar tu cabeza contra ella y permite que la suave presión de mi cuerpo te arrope. Es hora de dejarse ir, de volver a soñar, de creer que todo cuando suceda a partir de ahora nos hará eternamente invencibles, como dos piezas imperecederas e inquebrantables. -FIN-Akasha Valentine © 2013.
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| Vie Sep 04, 2015 10:32 pm |
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Akasha_Valentine
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POEMA DE LA SEMANA. Y SI FUÉRAMOS.... AKASHA VALENTINE. Con los días pasados ya olvidados y los ojos algo cansados me he dado cuenta de que me resulta demasiado sencillo volver la mirada atrás y valorarlos sin temor a juzgarme a mí mismo por los errores cometidos que como lecciones quedaron aprendidos, y dado que ya no camino siguiendo una única senda, he aprendido a darle mayor importancia a esos sueños que en la niñez quedaron exiliados por la intimidación de mis propios miedos, y sólo entonces fue cuando me di cuenta de que al volver la mirada atrás podía ver con mis propios ojos que me había obligado a mi mismo a crecer demasiado deprisa hasta el día en que te conocí, pues así me atreví a dejar de temer todo aquello que nunca lograría hacerme daño alguno si a tu lado yo seguía estando. Y ahora valoro más que nunca este tiempo que Dios parece habernos confiado sólo a nosotros, y mientras sostenemos nuestras miradas me pregunto si con sólo una vida tendremos suficiente para amarnos, así que con mi boca aún entreabierta y las palabras pegadas a la punta de mi lengua quiero susurrarte en el oído lo mucho que deseo poder seguir encontrándote donde quiera que estés llegado el momento de partir rumbo a una tierra donde los vivos ya no pueden alcanzar a sus amados difuntos, donde el destierro tiene como sinónimo la palabra marcha, y donde el amor de mi corazón no podrá llegarte a tocar jamas.
Porque sé que aún nos quedan muchos años por seguir peleando quiero tomarme este tiempo de forma egoísta y confinarlo en el fin del mundo para hacer de este momento algo único e imperecedero en la décadas y los siglos venideros. Porque ahora que estoy envejeciendo a tu lado me doy cuenta de que el amor, como las emociones, evoluciona con el paso del los años, y es entonces cuando las dificultades se vuelven experiencias, las tristezas alegrías, y el simple gesto de poder sostener tu cintura entre mis brazos en este mismo momento hace que todo cuanto he pasado hasta el día en que te conocí merezca la pena. Incluso cuando la molesta sensación de dolor me aflige y me daña me hace darme cuenta de que a tu lado se vuelve menos dañina y por lo tanto rápida y fácil de sanar. Será el amor, o quizás el hábito, puesto que ya se ha vuelto costumbre el hecho de que mi mayor alegría es el hecho de despertarme cada mañana a tu lado. Y recordando esta agradable emoción vuelvo a cobijarme por segunda, o quizás quinta vez, entre tus brazos. Estaría bien dejarlo todo, porque ahora que te tengo a mi lado ya me he dado cuenta de que nada más me importa excepto tú. Y con este pensamiento cierro una nueva página en mi vida, viviendo una realidad que no es un sueño. Porque ahora que tu corazón y el mío se han unido para escucharse, se preguntan mutuamente qué dirías si te preguntase al oído qué te parecería la idea de convertirnos en amantes eternos e imperecederos. -FIN-Akasha Valentine © 2013.
Todos los poemas aquí publicados son de Akasha Valentine © 2013 y la autora es propietaria de los derechos de autor. Si ves algún relato en otra web, foro u otro medio, están cometiendo un delito, salvo que cuenten con el permiso expreso de la autora, y siempre que esté citada la fuente y la autoría.
_________________Mi novela "Cartas a mi ciudad de Nashville" disponible en la web y en blog. Todos los derechos reservados © 2014-2021.
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| Lun Sep 07, 2015 10:47 pm |
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Akasha_Valentine
Regidor Vampírico
Registrado: Mié Mar 21, 2007 12:17 pm
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POEMA DE LA SEMANA. CUANDO NADIE MÁS QUE YO TE MIRE. AKASHA VALENTINE. Pon tu mano cerca de la mía y extiende tu cuerpo para que cuando alargue mis brazos yo pueda tocarte, y mirándonos cara a cara logremos olvidarnos de todo sin llegar ya a importarnos nada. Es ahora el momento de hablarlo todo y de no ocultarnos nada. De malgastar las palabras, de prodigar nuestras emociones, de quitarle importancia a las horas malgastadas y de valorar como se merecen los días que sin darnos casi cuenta ya se han ido convirtiendo en años. Es el lugar apropiado, el momento oportuno, el escenario perfecto donde podremos hacer de nuestros sueños una realidad. Quizás oigas a mis palabras titubear, a mi corazón acelerarse, y veas a mis sentimientos desbordarse, pero aunque me sienta fatigado haré de este momento un mágico encuentro solamente para ti y para mí, porque eres la fuerza que me impulsa a seguir viviendo, la bebida que apaga mi ahogante y sofocante sed, la cima de una cumbre aún sin explorar siendo tus labios la meta que deseo alcanzar al final del día.
Es la dulzura de tu boca el manjar más exquisito que un hombre como yo jamás podrá olvidar. Mas mírame ahora de la única forma en la que lo haces cuando el deseo despierta tu pasión, no dejemos pues caer las miradas ni dejarlas jugar sin ton ni son, alcanzando objetos lejanos cuando nuestros cuerpos están tan cercanos. Quiero verte sólo a ti, bañada por la luz del día, engalanada por la oscuridad y arropada por la claridad de las velas que decoran esta estancia, y deseando todo esto ahogo mis temores en una copa de whisky esperando quemar toda mi suerte esta noche cuando nos sentemos a hablar con mi dura y agrietada cara y tu aterciopelado rostro perfectamente maquillado. No te haces ni la más mínima idea de cuánto me haces sentir, y es que una persona como yo cree haber robado un ángel del cielo en el que nunca creyó a un Dios del que nunca oyó hablar, y aquí estamos, mi amor, tú y yo, con mil y una estaciones aún por llegar; soy consciente de que los inviernos serán fríos y los veranos demasiado ardientes, tanto que nos quemarán, pero en las estaciones de primavera y otoño viviremos bien, porque hace tiempo que perdí el miedo a todo sólo por estar a tu junto a ti. -FIN-Akasha Valentine © 2013.
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| Lun Sep 07, 2015 10:54 pm |
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