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Nuevo proyecto: Dos metros bajo tierra. 

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Nuevo proyecto: Dos metros bajo tierra. 
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Título de la obra: Dos metros bajo tierra. Publicada el 27/03/2015. En colaboración con la plataforma editorial Mundo Palabras.

Lectura completa: Dos metros bajo tierra.

La puerta se abrió y allí estaba mi padre, y al tenerlo delante de mis ojos sentí de inmediato el chasqueo de mis dientes moliéndose entre sí, siendo rechinados por mis mandíbulas bajo la fuerte presión de la angustiosa y sofocante sensación de mirarle a la cara sin poder desviar mis pupilas para no verlo. Su espectral imagen se apareció ante mí de la nada a pesar de llevar ya algún tiempo muerto, y juro por mi vida y por mi honor que lo vi de manera tan clara y nítida que aún sin yo desearlo logró ahogar mi voz sin emplear sus manos contra mi garganta o la fuerza brutal de mil hombres contra mi enfermizo y escuálido cuerpo, y dejándome allí sin aliento a punto estuvo de darme un infarto. De hecho, tuve que llevarme la mano contra el tórax para sentir con temor cómo mi corazón latía de manera desbocada en mi interior. Fue entonces cuando me temí lo peor y creí que la fuerza del bombeo de la sangre circulando por mis venas y arterías tendría la capacidad y fortaleza necesaria para ser capaz de romper cada uno de los huesos de mi cuerpo con el único fin de salir del interior de éste para finalmente brincar sin descanso alguno en aquella habitación de blancas paredes acolchadas, donde la luz del día ahora era en mi desquiciada mente un efímero recuerdo de una vida ya pasada, la cual tuve en aquella época la extraña sensación de que nunca fue del todo mía.

Me mantuve ligeramente cuerdo durante todos aquellos años en los que permanecí confinado en una diminuta habitación del tamaño de una armario escobero gracias a mis enormes esfuerzos por intentar mantener la calma cuando estaba completamente aislado del mundo exterior. Había sido obligado a sobrevivir confinado en una celda de castigo, donde sin apenas espacio debía dormir, comer, e incluso realizar mis deposiciones con el cuerpo fijado a la pared, desde la cabeza hasta los pies, con mi figura pegada contra ella y con las articulaciones ancladas a grilletes de plomo, los cuales me provocaron severas heridas, algunas tan graves que estuve a punto de morir de septicemia, y cuyas cicatrices a día de hoy son un constante recordatorio de que los años que pase encerrado en el sanatorio mental de Peewanth son reales y no fruto de una imaginación desbocada, como me hicieron creer tras mi puesta en libertad amigos y familiares durante mucho, mucho tiempo.

Los interminables días, meses y años que permanecí en sanatorio mental de Peewanth son, a día de hoy, una sentencia injusta e inhumana a la que tuve que hacer frente por una acusación a la que hoy en día sigo considerando como algo absurdo y con poco fundamento.

He hablado al comienzo de mi historia de mi padre, un hombre por el cual no siento ninguna clase de emoción afectiva, sino más bien todo lo contrario: fue él mismo quien solicitó mi ingreso en aquella institución de manera inmediata por haber cometido, según sus propias palabras, el más terrible, cruel, deplorable y obsceno de todos los actos: permitir que un hombre, un semejante, según sus propias palabras, besara a otro igual, en este caso yo mismo, y que por culpa de mi error, de mi tendencia lasciva y obscena, que ante sus ojos y los de la sociedad era un acto antinatural y pecaminoso, impúdico e inmoral, había perdido a su mecenas y su dinero, y por lo tanto la clínica que el mismo había fundado bajo el nombre de Sanatorio mental de Peewanth, para pacientes con trastornos severos y violentos del comportamiento, estaría en serios problemas por haber incitado de manera viciosa y deshonesta al hijo mayor de su colega y amigo de clase, el señor Troomwholf.

Ante tales acusaciones no pude permanecer callado, y en mi defensa alegué que fue él quien se arrojó sobre mi boca y no al revés, como él indicó cuando fuimos descubiertos por su hermana pequeña mientras me besaba en los labios. Después de oír todo aquello y decir la verdad sobre lo que realmente había sucedido, mi familia se ganó la enemistad del señor Troomwholf y yo una plaza de manera estable y permanente en la misma boca del infierno, donde fui sometido a la peor de todas las torturas posibles. Desde tratamientos de diatermia cerebral lateral hasta llegar incluso a permanecer durante quince horas atado en una silla inmóvil sin probar ninguna clase de bebida o alimento.

La crueldad de mi padre contra mi persona no tuvo limites, y las enfermeras que me atendían era igual de despreciables que él, e incluso las había que disfrutaban haciéndome sufrir, negándome cualquier tipo de alimento durante varias semanas. Todo ello ha causado en mi cuerpo severos trastornos mentales y digestivos, y me resulta a veces imposible mantener una conversación natural con otras personas, así que suelo refugiarme entre mis libros de estudio, donde paso la mayor del tiempo sumido en la lectura y el conocimiento, ausente de todo cuanto sucede a mi alrededor.

Escapé de aquel lugar una mañana de Abril en la que un buen hombre llamado J.F. Reesthom oyó hablar de mí gracias a una enfermera temporal que había estado trabajando en otro pabellón ajeno al mío y a la que nunca se le permitió entrar en contacto conmigo. Fue gracias al trabajo de ambos que mi caso fue especialmente tratado con extrema precaución y nunca se hizo publico, por lo que pude recuperar en el corto espacio de un año la libertad de una vida de la que me habían privado durante demasiados años. Di casi de inmediato la espalda a mi familia y amigos, y me alejé de ellos tanto como pude, o como me fue posible hacerlo, y dado que aún era menor de edad estuve bajo los cuidados del señor J.F. Reesthom, y su amigo, colega y compañero de trabajo R. Rosthom, un hombre de carácter reservado pero muy amable con sus pacientes.

Bajo la tutela de ambos hombres pasé cinco años de ensueño, llegando a olvidarme casi por completo de las pesadillas, y durante ese tiempo, al cual me aferró cuando tengo miedo, conocí a un joven lord llamado C. S. Collin I, de quién me enamoré a primera vista. La atracción fue mutua, y aunque al principio me negué a creer en el amor, en el cariño que él me brindaba de manera natural, desinteresada y sin tapujos, tuve mis miedos y me sobraban motivos suficientes para ello, pero fue su determinación lo que hizo posible que nuestro amor floreciese, y a día de hoy sigue siendo el pilar central de mi vida.

Por ello me he embarcado en este viaje de superación personal, aún siendo consciente de que la idea de volver a circular por la carretera que lleva al sanatorio mental de Peewanth no es una buena idea, pero quiero asegurarme de que ese edificio de piedras, ladrillos, y ventanas con rejas no tiene la facultad de hacerme ningún daño. Aun así, verlo alzándose majestuosamente entre las montañas, con las peladas ramas de los árboles del bosque y siendo devorado por una densa capa de niebla, me hace preguntarme si no será un error garrafal adentrarme por última vez entre sus pasillos para vencer a mis miedos de una vez por todas.

Es cierto que el hombre que me confinó entre aquellos muros ya no sigue vivo en este mundo para volver a encerrarme una vez más, y esto lo sé porque hoy mismo he vuelto a visitar su tumba por sexta vez en lo que lo que llevo de año, y lo hago no porque sienta ninguna clase de emoción por su pérdida, sino para asegurarme de que sigue enterrado bajo tierra, a dos metros de profundidad, donde sus manos ya no pueden tocarme y sus perversas ideas no harán daño a nadie más.

Es curioso, y lo quiero anotar como punto y final de esta historia, que cuando miro su lápida y veo su nombre grabado en la piedra, a veces oigo cómo su voz me llama desde las profundidades, maldiciéndome por haber nacido en el seno de su puritana familia...


NOTA LEGAL: Akasha Valentine 2015 ©. La autora es propietaria de esta obra literaria y tiene todos los derechos reservados.

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Mi novela "Cartas a mi ciudad de Nashville" disponible en la web y en blog. Todos los derechos reservados © 2014-2021.


Jue Abr 21, 2016 4:01 pm
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Traducción al español por Huan Manwë para phpBB España