Buscar temas sin respuesta | Ver temas activos Fecha actual Dom Abr 28, 2024 5:37 pm



Responder al tema  [ 1 mensaje ] 
El microrrelato del día. La casa abandonada. 

¿Ha sido de su agrado la lectura?
Por supuesto. Es más de lo que me esperaba. 100%  100%  [ 1 ]
No. De hecho me ha decepcionado bastante. 0%  0%  [ 0 ]
Me ha resultado indiferente. 0%  0%  [ 0 ]
Votos totales : 1

El microrrelato del día. La casa abandonada. 
Autor Mensaje
Regidor Vampírico
Avatar de Usuario

Registrado: Mié Mar 21, 2007 12:17 pm
Mensajes: 4640
Responder citando
Imagen

Título Original: La casa abandonada. © 2014
Autor: Akasha Valentine.
Género: Microrrelato/Aventuras/Misterio.
Idioma: Castellano.
Volumen: Único.
Ilustrador: Akasha Valentine - 2014.
Corrector: José Antonio.
Editor: Akasha Valentine.
Fecha de publicación: 06/02/2014.

LA CASA ABANDONADA POR AKASHA VALENTINE.

La última nota del diario de mi tío Scheidemann fue hecha de sus puño y letra el día 15 de Noviembre de 1965, lo recuerdo perfectamente porque era el día en que yo cumplía los once años de edad, una fecha que me resultó casi imposible de olvidar debido en parte a otro acontecimiento que me unió a la tragedia de aquel día sin que pueda dar alguna explicación convincente sin parecer un loco de lo que me sucedió.

Mi viejo amigo Adler, de la misma edad que yo aunque unos meses mayor, me animó horas antes de mi gran fiesta de cumpleaños a que visitásemos la casa abandonada de una de las calles de Prinzregenten Strasse en Alemania. No dude ni por un instante en coger mi mochila y mi cuaderno de notas para tomar apuntes de los objetos que veríamos y así describir posteriormente delante de la máquina de escribir una nueva y fascinante aventura de algún personaje aún sin gestar en mi imaginación y que sólo cobraría vida en el papel antes de que dieran las doce de la medianoche, hora a la que siempre me iba a dormir.

Bien, pues mi amigo y yo nos aventuramos a pasar unas horas fuera de casa antes de que nuestros padres se percatasen de nuestra “corta pero intensa escapada” en lo que ellos describirían un lugar apartado y peligroso para chicos de nuestra edad.

Definida como una mansión de finales del siglo XVI, la casa estaba plagada de grandes lujos; un viejo piano de cola cubierto de polvo y telarañas, una biblioteca con libros quemados y muchos otros esparcidos por el suelo, cuyas paredes desempapeladas mostraban la calidad de las maderas, y así un sin fin de habitaciones que hicieron volar mi imaginación hasta límites insospechados.

Me había embarcado en tal aventura emocional y personal que acabé perdiéndome sin yo saberlo entre aquellas cuatro paredes, y al final lo único que logré fue dar vueltas sin cesar de un lado hacia otro, por lo que acabé llegando a un estrecho y largo pasillo en el que había un teléfono ubicado en la parte central. Al principio me pareció un objeto común, una artilugio decorativo más de la casa, pero en cuanto me alejé de él comenzó a sonar, por lo que al principio me alarmó y me asustó, casi obligándome a dar mayores zancadas en dirección contraria a su posición hacia un lugar más tranquilo y seguro, aunque después pensé en lo absurdo de mi actuación y, puesto que aquel aparato inerte no podría hacerme ningún tipo de daño, volví para ver si seguía sonando. Efectivamente no había dejado de hacerlo en ningún momento, así que con mis pequeñas manos tomé el auricular entre mis dedos y me lo pegué a la oreja.

- ¿Dígame? - Fue la primera palabra que se me ocurrió y aunque pareciese estúpida, es una reacción completamente natural.

Al principio no oí nada, después sólo pude escuchar el sonido de una respiración y cuando estuve a punto de colgar, oí la voz de mi desaparecido tío al otro lado de la línea advirtiéndome de que saliera de allí cuanto antes.

Pensé que me habían descubierto y que todo se trataba de una broma de muy mal gusto, así que busqué a mi amigo desesperadamente pero no lo encontré, ni tan siquiera sabía si se habría ido sin mí ya para su casa. Cuando regresé a mi hogar la puerta parecía distinta a como era cuando me fui, e incluso las paredes habían cambiado de color, y las tejas de forma. Confuso y aturdido rodeé la valla de madera y vi una cara poco conocida que me resultó familiar pero no sabía decir de qué. Cuando intenté entrar en mi casa el hombre mayor me miró directamente a los ojos y sé quedó sin aliento, pues fue como si hubiese visto a un fantasma.

- ¿Alger, eres tú? - Exclamó sorpresivamente.

Yo asentí con la cabeza y el hombre se llevo la envejecida mano contra su boca.

- ¡No puede ser! ¿De verdad que eres tú?

Yo volví a afirmar con un asentamiento de cabeza.

- ¿Dónde has estado? Te estuvimos buscando durante mucho, mucho tiempo.

No le entendí, ni tan siquiera sabía a qué se refería, pero aquel hombre volvió a retomar sus propias palabras, como si no se hubiese interrumpido a sí mismo.

- ¿No me recuerdas, viejo amigo? Soy Adler, tu amigo de la infancia.

Yo negué con la cabeza tal afirmación. Aquello no podía ser cierto, así que me negué a creerle. Pero él se levantó la manga de la camisa y me enseñó una vieja cicatriz que se hizo cuando nos caímos rodando ladera abajo mientras jugábamos en el patio del colegio, y supe que no me estaba mintiendo.

- ¡Eres tú! - Añadí. - ¿Pero por qué eres tan viejo?

Él se volvió a llevar la mano contra la cara, pero ésta lo hizo a la dirección de los ojos para apartar sus lágrimas de ellos y añadió:

- Te hemos estado buscando durante los últimos sesenta años. Es como si la tierra te hubiese engullido sin dejar ni rastro.

Yo me expliqué de inmediato. Y aunque las palabras me temblaban le dije:

- La tierra no, viejo amigo, la casa, la cual también se llevó a mi tío. Oí su voz al otro lado de la línea el día de mi desaparición, pero lo sorprendente es que el teléfono no estaba conectado a ninguna parte.

Mi amigo me miró con los ojos aún más abiertos y exclamó:

- ¿Qué te dijo?

Yo le respondí.

- Huye.


Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley, y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright.

_________________
Imagen

Mi novela "Cartas a mi ciudad de Nashville" disponible en la web y en blog. Todos los derechos reservados © 2014-2021.


Mié Jun 18, 2014 12:30 am
Perfil WWW
Mostrar mensajes previos:  Ordenar por  
Responder al tema   [ 1 mensaje ] 

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 2 invitados


No puede abrir nuevos temas en este Foro
No puede responder a temas en este Foro
No puede editar sus mensajes en este Foro
No puede borrar sus mensajes en este Foro

Buscar:
Saltar a:  
cron
Powered by phpBB® Forum Software © phpBB Group
Designed by ST Software for PTF.
Traducción al español por Huan Manwë para phpBB España