Título Original: El velo de la novia © 2014.
Autor: Akasha Valentine.
Género: Microrrelato/Narrativa/Terror
Idioma: Castellano.
Volumen: Único.
Ilustrador: Akasha Valentine - 2014.
Corrector: José Antonio.
Editor: Akasha Valentine.
Fecha de publicación: 02/03/2014.
EL VELO DE LA NOVIA POR AKASHA VALENTINE.
Agobart Champfleury poseía entre sus muchos encantos un exquisito gusto por la moda de su época, un cultivado lenguaje y una prodigiosa y cultivada carrera de la que alardeaba en reiteradas ocasiones delante de sus amigos y conocidos de la alta burguesía. De ojos diminutos y nariz aguileña, el conde Agobart, con sus aires de dandi, era capaz de robar con su sola presencia el corazón de cualquier dama de la corte francesa. Pero él ya tenía puesta su vista en alguién muy especial, la duquesa Anne-Laure Bettina Jussieu Tocqueville, de quien se decía que su rostro eran tan perfecto y bello que siempre debía llevarlo cubierto para no causar un revuelo social. Pero a Agobart lo que de verdad le interesaba era sus arcas personales, y al conocerse la noticia de que aún era una mujer soltera, el conde no se tomó la molestia de andarse con rodeos y la pidió en matrimonio el mismo día de Navidad. La única condición que ella le puso fue la de que no deberían verse hasta el día de la boda. Para Agobart resultó sencillo cumplir su promesa, ya que su único interés por ella giraba en torno a su patrimonio.
Llegado el día de sus nupcias, su boda se convirtió en todo un evento social, y corrió la bebida y la comida sin preocuparse de la elevada suma de dinero que los novios deberían pagar. Llegada la noche de bodas, el conde Agobart, quién aún desconocía el rostro de su mujer, comenzó a impacientarse por ver si su belleza era digna de ser homenajeada tal y como las leyendas decían, así que con su pícara sonrisa triunfal destapó, al fin, el rostro de su esposa, y al dejar caer el velo al suelo, el conde Agobart Champfleury emitió un sonoro grito de terror que hizo temblar hasta los cimientos de la casa. Para cuando llego el servicio de la casa para ver que estaba pasando lo único que allí quedaba era un montón de huesos apilados sobre la alfombra.
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